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COVID-19 en Costa Rica
El día de ayer la Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica (BCCR), el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) y la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) acordaron una serie de medidas de política monetaria y financiera para mitigar el impacto económico del brote de COVID-19 y las medidas de prevención que ha tomado el Gobierno para frenar el avance de la enfermedad.
Las medidas incluyen la decisión de la Junta Directiva del BCCR de reducir la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 100 puntos base, por lo que a partir del día de hoy esta se ubica en un 1.25% anual; así mismo se redujo la tasa de interés bruta de los depósitos a un día plazo a 0.01%; la Tasa de Facilidad Permanente de Crédito se redujo a 2% y la Tasa de Facilidad Permanente de Depósitos del Mercado Integrado de Liquidez se fijó en 0.01%.
Desde el Banco Central justificaron las medidas adoptadas, recordando que se han presentado una serie de factores que acentúan los riesgos para que se dé un menor crecimiento económico y caiga la inflación, en relación con las proyecciones contempladas en el Programa Macroeconómico 2020-2021. Los modelos de pronóstico del BCCR sugieren que la inflación se mantendría por debajo del punto medio del rango meta en los siguientes dos años. Estos factores incluyen:
- La incertidumbre generada por la propagación del COVID-19 a nivel mundial y el impacto que esta vaya a tener sobre la economía global,
- La caída abrupta de las bolsas de valores del mundo.
- La caída abrupta en los precios del petróleo. El precio de referencia relevante para el país, el West Texas Intermediate, ha caído cerca de 36% en este mes.
- La alta exposición de la economía costarricense —cómo resultado de su alto grado de integración (comercial y financiera) con la economía internacional—
- Potenciales afectaciones por:
- Atrasos logísticos en la obtención de insumos para las empresas.
- Una menor demanda exterior de los bienes y servicios.
- Una caída en el turismo.
- Los efectos directos e indirectos que las medidas de contención de la enfermedad puedan tener sobre la demanda interna.
El presidente del BCCR, Rodrigo Cubero Brealey, destacó que las medias adoptadas están orientadas a reducir la cuota de operaciones crediticias actuales y potenciales, para así atenuar el impacto de la crisis de salud sobre la cantidad de dinero disponible para el consumo e inversión de los hogares y las empresas desde marzo del 2019. Recordó que el BCCR ha venido implementando una política monetaria expansiva y ha generado condiciones de amplia liquidez en el sistema financiero, con el fin de apoyar la actividad económica en un contexto de baja inflación proyectada, y añadió:
La reducción adicional acordada hoy en la TPM, unida a las acciones adoptadas también hoy por Conassif y Sugef, permiten crear condiciones crediticias más favorables para enfrentar el impacto económico del coronavirus.
Por su parte el Conassif, con el objetivo de mejorar las condiciones de acceso al crédito, aprobó ampliar al 30 de junio del 2021 la medida que permite renegociar hasta dos veces en un periodo de 24 meses las condiciones pactadas de los créditos, sin que estos sean considerados una operación especial, y por tanto, sin que dichos ajustes tengan efectos negativos sobre la calificación de riesgo de los deudores en el Centro de Información Crediticia (CIC).
Adicionalmente, la medida anterior se amplió para abarcar también los créditos de más de ₡100 millones, pues anteriormente solo aplicaba a deudas menores a ese monto.
Según señaló el presidente del Conassif, Alberto Dent Zeledón, estas medidas "ayudarán a personas y empresas que podrían enfrentar problemas en el pago de sus deudas como producto de los impactos del covid-19, de forma que podrán readecuar sus deudas hasta dos veces en un periodo de dos años, sin que implique un deterioro en su calificación de riesgo, y sin poner en peligro la estabilidad financiera del país".
Por su parte, el superintendente general de entidades financieras, Bernardo Alfaro Araya, indicó que este ajuste “implicará que las entidades financieras estarán en una mayor disposición de ofrecer y negociar readecuaciones de créditos”, y añadió que “llevar la acumulación de las estimaciones contracíclicas al 0%, implicará que las entidades financieras podrán ampliar sus recursos para créditos”.
Las tres entidades aseguraron que continuarán vigilantes de los impactos sobre la economía nacional derivados de la enfermedad COVID-19, y tomarán cualquier medida adicional que, eventualmente, se requiera para mitigar los efectos de la crisis de salud en la economía y mantener la estabilidad del sistema financiero costarricense.