Este lunes, la Universidad Nacional (UNA) hizo públicos los hallazgos del más reciente estudio de su Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas de la Universidad Nacional (Iret-UNA) que alertó, una vez más, sobre la presencia de contaminantes en los acuíferos de la Laguna Madre de Dios, en Bataán de Limón.

Esta laguna es precisamente la que recibe, entre otras, las aguas de su río homónimo, del Pacuare y del canal de Bataán, cuyas cuencas atraviesan cultivos de banano, piña y arroz. Por ello los estudios realizados por el Iret desde el 2009, evidencian la presencia constante de plaguicidas en las aguas de la laguna procedentes de estos cultivos, lo que desencadena efectos negativos en el ecosistema donde se incluyen eventos de mortalidad masiva de peces.

De acuerdo con los investigadores Seiling Vargas y Clemens Ruepert del Iret-UNA, para el periodo 2016-2018 se monitorearon residuos de plaguicidas y entre los resultados obtenidos, destaca la presencia de más de 20 plaguicidas en las aguas estudiadas.

Según los expertos, algunas de las concentraciones detectadas como ametrina, diuron y etoprofos superan los niveles que representan un alto riesgo para la biodiversidad de los ecosistemas acuáticos de la laguna, "por lo que urge intervenir para protegerla".

Según el vecino de la zona, Julio Knight en declaraciones enviadas por el Instituto a la prensa:

Cuando comenzaron a aparecer las compañías bananeras, comenzamos a ver mortandades de peces y los vecinos no nos explicábamos por qué razón pasaba esto hasta que, con más edad, yo comencé a divulgarlo y ahí me di cuenta que era por los químicos de los bananos, especialmente de los bananos, que comenzaban a morirse cantidades de róbalos, de curvinas, de roncadoras, de guavinas, de mojarras, de todo y todo lo que había en la laguna se comenzó a morir".

Por su parte, Henry Knight, también vecino de la zona, agregó que:

Llegaba la bananera, llegaba la contaminación, uno viajando por el río y una avioneta pasaba rociando el banano y aquella cosa llegaba a uno y lo tocaba como cuando empieza a llover poquito, eso lo tocaba en el bote que uno andaba. Cuando yo llegué a esta zona, hace 25 o 30 años, había muchos peces pero eso terminó con todo el veneno".

Pueden ver las declaraciones completas, aquí:

Los estudios arrancaron tras un derrame accidental de un fungicida en 2003, en la que la laguna, hasta entonces rodeada de vegetación y animales, amaneció con decenas de peces muertos.

Es a partir de este evento donde empezó el estudio de Iret que avanzó durante los últimos 15 años, evaluando la presencia de agroquímicos, cambios en el hábitat y uso de suelos en el lugar.

Detalle del estudio

Según el investigador del Instituto, Freylan Mena:

Se determina que hay una presencia bastante constante de residuos de plaguicidas en el agua. El interés sobre la laguna viene sobre todo, a partir de un evento de contaminación que ocurrió en el 2003, que fue bien caracterizado y que incluso tuvo su juicio y su sentencia, porque fue de un derrame accidental que tuvo un fungicida en el aeropuerto de Bataán, en el que hubo una gran contaminación y una gran mortandad de peces. Este proyecto abarcó un estudio de la biodiversidad de la Laguna Madre de Dios y también un estudio hidrográfico".

Entre 2016 y 2018, el Iret realizó mediciones de caudal de los afluentes que alimentan la laguna y se midieron variables como temperatura, salinidad, concentración de clorofila, oxígeno disuelto y turbidez. También se realizaron batimetrías y mediciones de temperatura superficial.

Al respecto, la UNA aseguró que:

El estudio encontró que la laguna recibe tres veces más caudal de los ríos en el periodo de octubre a diciembre —cuando es más dulce—que en el periodo de marzo a abril, esto parece indicar que presenta una variabilidad hidrográfica relacionada con la estacionalidad de las vertientes Pacífica y Caribe. En época seca la laguna estuvo dominada por agua salina debido al bajo caudal de los ríos, lo que pudo traer consecuencias importantes en la abundancia y distribución de fauna acuática".

Además, el Instituto de Investigación y Servicios Forestales (INISEFOR) también de la Universidad Nacional, documentó un cambio en el uso de la tierra que demostró, a raíz de un muestreo entre 2005 y 2019, que se redujo el área de los bosques en 1592, mientras que los usos de la tierra que más ganaron terreno fueron los pastos y cultivos.

Por otro lado, según la investigadora del Iret-UNA, Rocío Ugalde:

La toxicidad de los herbicidas puede afectar a las microalgas inhibiendo o limitando su crecimientopor afectación de la fotosíntesis, la síntesis de pigmentos fotosintéticos y otros. En algunos casos, a concentraciones bajas de herbicidas, el crecimiento de algunas especies de algas verdes puede verse estimulado, pero la persistencia de estas sustancias y mezclas de estas con otros plaguicidas, pueden tener un impacto negativo en especies muy sensibles si se mantienen expuestos durante periodos de tiempo considerables o si las concentraciones del tóxico son elevadas”.

Con este proyecto también se realizó una caracterización de los peces de la laguna y por ello, entre 2014 y 2018, se identificaron 36 especies donde el robalo es el de mayor abundancia.

Al respecto Freylan Mena agregó que:

Planteamos evaluar si los peces pueden estar sufriendo a nivel fisiológico con la exposición a niveles no letales de plaguicidas en el agua, utilizamos biomarcadores químicos y encontramos relación entre algunos insecticidas con respuestas de biotransformación y estrés oxidativo, mientras que la presencia de hierbicidas y un fungicida, se relacionaron con efectos a nivel nervioso".

Según la comunicación de la Universidad Nacional, el objetivo de esta investigación es aportar datos para el resguardo y la conservación de este "paraíso natural", según lo llaman sus pobladores.

Mientras tanto, Henry Knight "recuerda con nostalgia su llegada a la laguna" y asegura que "nosotros no sacábamos los botes pequeños porque nos daba miedo que los robalos saltaran y los hundieran, había por todo lado. Hoy si yo veo un robalo saltando en la laguna llamo a mi mujer, porque es algo mágico, es un milagro”.