El 29 de marzo del año pasado, la joven Andrea Fernández Vallejos de tan solo 20 años, murió a causa de múltiples lesiones sufridas en una cabaña en Santo Domingo de Heredia. Andrea fue uno de los 26 femicidios que el país registró durante el 2018 y, por el avance del juicio en las últimas semanas, se ha convertido junto al caso de Eva Morera Ulloa, una mujer de 19 años que fue asesinada por su expareja sentimental en Barva a inicios de mes, en uno de los casos más mediáticos del entorno previo a este 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

En el caso de Andrea, la versión inicial de su entonces pareja, un publicista de apellido Brenes quien está siendo procesado por su femicidio en este momento, fue que la mujer se habría caído y golpeado en el baño de la casa y que de ahí provino su muerte. Sin embargo,  la autopsia reveló que Fernández falleció a causa de “asfixia por estrangulación", debido a ello, la Fiscalía Adjunta de Heredia determinó "que la manera de muerte es homicida desde el punto de vista médico legal”, por lo que su exmarido se encuentra ahora descontando prisión preventiva, a la espera de sentencia.

En diciembre de 2017, Fernández había interpuesto medidas cautelares en contra de Brenes por un hecho de agresión doméstica sucedido a finales de ese año. En febrero de 2018, la mujer quitó las medidas y regresó con su agresor; falleció en sus manos un mes y medio después...

Para el Observatorio de Violencia de Género contra las Mujeres y Acceso a la Justicia del Poder Judicial, un femicidio es aquel hecho donde una fémina es "asesinada por su condición de mujer, usualmente a manos de su pareja actual o pasada, o de otro hombre con quien no tiene o tuvo una relación de pareja".

Según datos del INAMU publicados por NC Once este lunes, en los últimos 5 años el país ha registrado un total de 116 femicidios oficiales: 27 casos sucedieron en 2015 y 26 en 2016, en 2017 y en 2018. En 2019, sin embargo, el país ha registrado una reducción casi a la mitad de los casos, este año contabilizamos 11 muertes por esta causa, una cifra que si bien reduce las estadísticas, para nada nos deja dormir tranquilos.

De esas 11 muertes, según información enviada a la prensa por la Fiscalía Adjunta de Género del Poder Judicial, a corte del 4 de noviembre de este año, 8 se adaptan a la conducta descrita en el artículo 21 de la Ley de Penalización de Violencia contra las Mujeres (es decir, que fueron perpetrados por la pareja de la mujer asesinada) y 3 de tipo ampliado (es decir, donde se incluyen las muertes violentas de mujeres, por género, en donde no había una relación de matrimonio o unión libre, y que están aparados en los escenarios descritos por la Convención de Belem do Para).

De estos 11 casos que hoy lamentamos, 9 de las víctimas eran costarricenses y 2 nicaragüenses y 4 ocurrieron en la provincia de Puntarenas, 2 en Guanacaste, 2 en San José y 1 en Limón, Alajuela y Heredia, respectivamente.

Para protestar contra ese número que si bien baja, no desaparece, es que este lunes en las calles de San José se realizaron dos manifestaciones en pro de la lucha contra la violencia hacia la mujer. La primera fue la convocada por el gobierno y el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU) que bajo el lema #SoyLuzNaranja marchó por las calles josefinas a partir de las 9 de la mañana.

La segunda, protagonizada por organizaciones feministas de la sociedad civil, se manifestó en horas de la tarde para exigir, entre otras muchas cosas, la firma por parte del Poder Ejecutivo de la norma técnica que regulará el aborto terapéutico en Costa Rica (con el escenario a como está, no es difícil deducir por qué Presidencia se armó una manifestación aparte, aunque en ella, por cierto, no estuviera presente el presidente Carlos Alvarado).

En declaraciones brindadas en la manifestación de la mañana, la jerarca del INAMU, Patricia Mora Castellanos, señaló que:

Estamos en las calles de San José hoy 25 de noviembre, diciéndole al mundo que nosotras y nosotros también nos unimos a ese grito por la eliminación de cualquier forma de violencia contra las mujeres: digamos somos luz naranja, somos hombres y mujeres que trabajamos por construir un país sin humillaciones y sin violencia hacia las mujeres. Me parece que esta marcha es una clara demostración de que la institucionalidad pública está trabajando de manera articulada, solamente de esa forma lograremos ganar esta batalla contra el machismo en nuestro país".

#NiUnaMenos

El año pasado, la muerte de Andrea Fernández motivó a sus amigas y a la organización costarricense We for We a filmar el cortometraje, Ni una Menos que, inspirado en la vida de esta joven madre, relata la historia de una mujer que es víctima de femicidio por parte de su pareja sentimental, a fin de abordar todas las manifestaciones de machismo que culminaron en este crimen.

El cortometraje está disponible en Youtube pero también puede llevarse a centros educativos y a instituciones, según nos comentó a Delfino.cr, la protagonista de la película, Sibia Harrison.

Según Harrison, We for We es una organización que en varios cantones del país, realiza charlas e imparte talleres y cursos libres gratuitos para mujeres, a fin de que estas tengan una forma de sentirse acompañadas y respaldadas para salir adelante. Es en este marco en el cual nace Ni una Menos:

La campaña inicia hace casi tres años. Nosotros iniciamos dando charlas sobre qué es violencia doméstica, sobre cuáles son los patrones para identificar a un agresor y sobre a quién acudir en caso de ser víctima. Para captar a más mujeres por medio de una actividad más interactiva fue que desarrollamos esta película".

Al conversar con ella, Harrison recuerda que más o menos en diciembre de 2017 se dio cuenta de que Andrea Fernández interactuaba bastante seguido con la página. "Le daba 'like' y 'me encanta'" justo en los meses en los que se había separado de Brenes por violencia. Fue, sin embargo, un par de meses después cuando la organización fue informada sobre su muerte.

Este caso es el que los inspiró a realizar un cortometraje que está basado en hechos reales pero con nombres y detalles diferenciados para respetar el proceso judicial que se lleva en tribunales.

Según la actriz de este corto, el filme lo que busca es visibilizar cómo empieza la agresión en una relación de pareja para así dar herramientas para poder detectarla a tiempo:

Lo que uno puede identificar como una agresión es el control: si él quiere tener el acceso a sus redes sociales, ese ya es un patrón de una persona agresora. Si él no la deja salir con sus amigas o hacer las cosas que usted hacía antes, usted ya está viviendo bajo las reglas de alguien y eso no puede ser así. Lo mismo pasa con la vestimenta; si ya le exige que no use falda del todo, podemos sospechar. Casi siempre empieza con 'no me gusta que haga esto o que se ponga tal ropa' y con separarla de sus amigas. Esos son los patrones de un agresor y sus comportamientos que siempre buscan tener el control sobre la vida de la otra persona. El filme habla de eso y del círculo de la violencia doméstica que es que peleo, te agrego, te pido perdón y que así va dando vueltas hacia un femicidio".

Yo paro un segundo y me atrevo a preguntar: ¿cuántos de nosotros no sabemos de alguna familiar o amiga a la que su pareja trata de forma agresiva? ¿Cuántos de nosotros no hemos notado cambios en el comportamiento de alguna mujer y hemos pensado que "los problemas de pareja se resuelven en pareja"? Hay problemas que no caben en esa categoría. Por eso para Harrison es fundamental que dejemos de volver la cabeza hacia otro lado y afrontemos el tema:

La sociedad lo ha visto como normal y nosotros lo hemos dejado pasar pero no es normal ni siquiera que te diga una palabra ofensiva. La violencia física es fácil de identificar porque es obvia pero la violencia psicológica que es mucho, mucho, mucho más común, es invisible. Cuando identificamos personas que la están viviendo, generalmente tienen un comportamiento diferente cuando está el agresor que cuando están solas: si usted tiene una amiga que cuando está con usted se ríe y es ella misma pero cuando está el agresor cambia su forma de ser, ahí podemos ver que algo pasa y es ahí cuando se debe intervenir".

Harrison asegura que es fundamental empoderar a las mujeres para que sepan que pueden salir adelante sin la persona agresora que tienen al lado. Esto se puede logran con herramientas como la terapia y la denuncia, a fin de bloquear al agresor de sus vidas e impedir que caigan en el círculo de la violencia, como pasó en el caso de Andrea y también en el de Eva.

Generalmente las víctimas no van a hablar por temor pero siempre tienen a alguien con quien desahogarse porque ya necesitan sacarlo, siempre sin que el agresor se dé cuenta. Es ahí donde no tenemos que soltarlas porque ellas no pueden salir de ahí solitas, necesitan ayuda para salir de ese ciclo. Si usted las deja solitas ellas van a volver, necesitan ese empujoncito de sus parientes y personas queridas".

Otra pregunta: ¿ustedes alguna vez han escuchado esa expresión de que "ella vuelve porque quiere o porque le gusta"? Olvidarnos de esas ideas y prejuicios también es necesario para que en 2020 no contabilicemos a ninguna menos:

Ellas no vuelven porque les gusta, ellas vuelven porque generalmente están enamoradas y eso le hace no poder ver las cosas que generalmente las de afuera sí ven, o por insistencia del agresor: recordemos que el agresor es una persona 100% manipuladora y por eso, aunque ella no lo ame, puede convencerla o intimidarla para estar con él. Por eso es tan importante el empoderamiento de ella para que tenga la valentía de decirle que no".

Harrison señala que el cortometraje se ha presentado en múltiples colegios e instituciones pues en la lucha contra los crímenes de la violencia machista, también es fundamental educar a los hombres, desde niños, sobre nuevas masculinidades y así evitar que se contabilicen más agresores a futuro:

Todo empieza desde el hogar, la agresión es un patrón aprendido. En muchos casos, los agresores proceden de un hogar donde el papá agredía a la mamá y por eso tenemos que enseñar desde la casa. Todos los seres humanos merecen respeto y eso tenemos que inculcarlo desde el kinder. Si mi hijo vio que a mí me agredieron, si yo soy sobreviviente de violencia doméstica, es importante explicarle que eso no es normal, por qué fue que dejé a papá y por qué papá ya no vive con nosotros".

Todos aquellos que deseen llevar el filme a sus oficinas o centros educativos y que la organización realice un foro sobre el tema en sus instituciones, pueden contactar a Ni una menos y a We for We por medio de las redes sociales que aquí adjuntamos.

Defensa personal

We for We y el film Ni una menos están lejos de ser las únicas herramientas a partir de las cuales la sociedad civil se ha organizado para luchar contra la violencia machista en el país.

Desde julio pasado, la organización ESD Global está desarrollando cursos de autodefensa en Costa Rica con el objetivo de "compartir la metodología de 'Autodefensa y Empoderamiento' como una estrategia clave para la prevención de la violencia tanto para mujeres, niñas y sus comunidades afectadas".

Así nos lo comentó este lunes, su Coordinadora Regional, Aude Mulliez.

Los cursos se realizan en diferentes instituciones y organizaciones del país, como municipalidades y centros universitarios, así como con grupos poblacionales específicos (hace poco realizaron uno con mujeres refugiadas nicaragüenses) para abordar temas como la comunicación asertiva y la imposición y el mantenimiento de límites, además de herramientas físicas que les permitan resguardarse en caso de ser víctimas de un ataque.

La capacitación también trata los mitos que existen alrededor de la violencia y refiere a las maneras en las que las personas pueden dar apoyo a alguien que afronte una situación de este tipo. Según Mulliez:

El 25 de noviembre es un momento importante para hablar de las mejores prácticas en la prevención de violencia y empoderar a las mujeres para confiar en su amor propio y en su intuición para que sobrevivan a estas situaciones, ese es el trabajo que estamos haciendo".

Los cursos tienen un costo que varía de acuerdo a la cantidad de mujeres interesadas, a las horas que se requieran y al lugar donde se vayan a realizar las capacitaciones.

Quienes estén interesados en contactar a la organización, pueden hacerlo al correo [email protected] así como en sus redes de Instagram y por medio del hashtag #autodefensacostarica.

No estás sola

No está de más finalizar esta nota recordando la importancia de la denuncia y del apoyo institucional como mecanismo para sobrevivir a la violencia machista.

Según este documento del Ministerio de Salud que recopila todas las herramientas disponibles para denunciar estos casos, las víctimas cuentan con apoyo en la Defensoría de los Habitantes, en los Juzgados de Familia y en los Contravencionales y de Menor Cuantía; en el Patronato Nacional de la Infancia, si la persona víctima es menor de edad; en la Línea de emergencia 800-300-3000; en el 911; y en el Instituto Nacional de las Mujeres, al teléfono 2539624.

Por otro lado, muchas de las municipalidades del país cuentan con Oficinas Municipales de la Mujer y la Caja Costarricense del Seguro Social tiene, a su vez, redes locales de prevención y atención de la violencia contra las mujeres e intrafamiliar a las que las personas víctimas pueden acudir, consultando en su centro de salud más cercano.

Salir del círculo de la violencia no es fácil y por ello es necesario que el tema se siga hablando del tema y que entendamos que todos somos responsables de la contención de esta problemática. Nada de dejarlo pasar o de pensar que no es con uno, la responsabilidad de que en 2020 no contabilicemos ni una sola menos, nos toca a todos.

Bonus Track: Inamu propone anular autoridad parental y derecho de interrelación familiar a femicidas.