Por años hemos oído que la Asamblea Legislativa no funciona bien, que los diputados podrían ser mejores, que “no trabajan” y que no nos representan. Con el paso del tiempo, el descontento se volvió molestia y hoy en desconfianza en la misma Asamblea Legislativa, los partidos políticos e incluso la Democracia. Esto indica que luego de 70 años, urge revisar la forma en de elección de diputados.
El Proyecto de Ley 20127 de reforma constitucional, es iniciativa de Poder Ciudadano ¡Ya!, una organización no vinculada a partido político alguno. Motivados por el deseo de mejorar la calidad de la representación en la Asamblea Legislativa, proponemos reformar el sistema de elección de diputados por lista cerrada y pasar a un Sistema Mixto Proporcional (SMP) que se explica muy bien en este video.
Para que el SMP funcione con efectividad, se propone entre otras cosas, un aumento del número de diputados que según múltiples criterios, es hoy mucho menor al que Costa Rica necesita. Se trata entonces de mejorar la representatividad visto que reformar el sistema de elección dejando el número actual de diputados, no solo impediría que el SMP funcione bien, sino que traería otros problemas.
Más diputados significa en principio mayor costo, algo contraintuitivo en la crisis económica que vivimos. Eso ha llevado a algunos diputados a oponerse a que siquiera se integre la comisión especial que lo discuta. Enfocarse solamente en el aumento de diputados es descontextualizar la reforma. Fijarse únicamente en el costo directo y no en los muchos beneficios y posibles ahorros que pudieran amortizar con creces ese costo, no es lo que más conviene a Costa Rica en el largo plazo.
Hoy, el salario de los diputados (57 personas), suma ¢4.284 millones al año. Ese monto es apenas un 14% del total pagado en remuneraciones (sueldos, pluses, dietas, CCSS, etc). Los asesores son 299 y cuestan ¢5.700 millones al año. Eso es un 19% de las remuneraciones. ¿Sabe quiénes se llevan el otro 67% (19.729 millones al año)? ¡Los funcionarios administrativos! Y son 663 personas.
Si tomamos datos de Diciembre 2018, los diputados representan apenas el 6% del personal de la Asamblea Legislativa, los asesores un 31% y los demás funcionarios hacen el 63% restante.
Así, es claro que el 88% del monto pagado por Remuneraciones en la Asamblea, NO corresponde a diputados, sino al 94% del personal restante.
La cantidad de diputados está definida en la Constitución Política, pero la cantidad de asesores y funcionarios de la Asamblea, depende de decisiones del Directorio Legislativo y es mucho más fácil de ajustar, ¡aunque parece que nadie pide cuentas por ello! Desde 1961 tenemos los mismos 57 diputados, pero entre 1983 y 2018 pasamos de 387 funcionarios en la Asamblea[1] a 969.
Es decir, en 36 años pasamos de tener 5.8 personas de apoyo (entre funcionarios y asesores por diputado), a tener hoy 16 personas. La Asamblea va al contrario que el sector privado, donde la eficiencia administrativa apunta a reducir esos departamentos. ¡275% de aumento!
Del lado del costo, sumémosle el detalle que 12.102 millones (40% del total de remuneraciones) son pluses por anualidades, dedicación exclusiva, bono escolar y otros incentivos. ¿Es eso sostenible? El régimen de empleo de la Asamblea también requiere revisión.
Desde Poder Ciudadano Ya pensamos que al tener una Asamblea con 84 diputados, 42 de ellos verdaderos representantes de todas las comunidades y el resto con visión nacional, especializados en diversas disciplinas, la carga de trabajo se puede repartir mejor, se puede reducir el número de comisiones en que participa cada uno (5 comisiones por diputado/diputada mayo de 2018 a febrero de 2019) y los diputados podrán trabajar directamente en ellas.
Dentro de ese contexto, si se mantiene la cantidad actual de asesores (299 a Dic. 2018), se bajaría la proporción a un promedio de 4 asesores por diputado. Igualmente, se podría mantener (o mejor reducir) la cantidad de otros funcionarios (hoy casi 11 por diputado) y también el sobresueldo del 40% que reciben por pluses.
En un escenario conservador, manteniendo la misma cantidad de asesores y funcionarios actual, la nueva composición de personas en la Asamblea con 84 diputados sería así (imagen arriba). Y esta, la nueva estructura de remuneraciones (incluyendo dietas, viáticos, combustible y otros gastos):
Como se puede ver, el aumento de planilla bajo ese esquema, sería apenas de 4 puntos porcentuales, pese a haber aumentado en casi un 50% la cantidad de diputados al servicio del país y sus comunidades. Una medida muy eficiente que sin duda multiplicaría en mucho su capacidad de trabajo.
¿Cuánto más nos costaría entonces una Asamblea electa bajo el sistema de Voto Mixto Proporcional?
Manteniendo el monto de dietas y gastos de representación actual de 6.211.054 colones por diputado, 27 diputados más, representarían entonces 168 millones más al mes: 2.012 millones de colones anuales.
Y si bien, 2.012 millones al año es mucho dinero, recordemos que representan apenas 7 puntos porcentuales más del total anual presupuestado por remuneraciones (29.678 millones). Sin contar los beneficios para el país de una mejor gestión legislativa, de menor tiempo para emitir leyes sustantivas y de rendición de cuentas, cualquier buen administrador podrá sugerir medidas de personal y de reingeniería de costos que permitan más que compensar el aumento. Así podríamos tener una mejor Asamblea, más representativa, efectiva y eficiente, lo que renovaría nuestra democracia y la confianza que tenemos en ella.
La crisis económica no durará para siempre y en el mejor de los casos, el nuevo sistema de elección no entraría en vigencia hasta en el 2026. No pospongamos lo importante otra vez. Permitamos la discusión del proyecto para mejorar nuestra democracia, que no tiene por qué costarnos más.
[1] Programa Estado de la Nación, Instituciones Estatales 1990-2003.
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