El anuncio de que la corporación Walmart –que ya monopoliza casi el 43% de la venta al por menor o "retail"– esta a punto de comprar los Perimercados, Super Compro y Saretto, y con ello monopolizar cerca del 60% del sector en Costa Rica, es una muy mala noticia. Es pésima. Y a nadie parece importarle mucho, ni al Gobierno, ni a la oposición, ni a los sindicatos, ni a las Cámaras empresariales, ni a nadie. Ni tampoco a muchos economistas, quienes--por definición y esencia--deberían oponerse a cualquier tipo de monopolios.
Es una mala noticia para los productores. En una estructura de monopolio, el comprador dominante pone las reglas, el precio, el plazo de pago, las condiciones de devolución y rechazo ex-post de los productos a la gran mayoría de los pequeños productores agrícolas o industriales. En la Costa Rica de hoy, ya con el 43% del mercado monopolizado por Walmart, hay una queja reiterada de los pequeños agricultores del país (he hablado con ellos en las Ferias del Agricultor en muchas ocasiones) de que esa corporación les impone condiciones leoninas en la recepción y compra de productos. Ello se agravará con un monopolio del 60% o 70% del mercado.
Es una mala noticia para los consumidores. Cuando una empresa monopoliza un mercado se convierte en el árbitro de precios. Probablemente al inicio bajará esos precios, generando un "dumping" (competencia desleal hacia abajo) para acabar con la competencia. Y cuando elimine a las otras empresas, subirá a su antojo los precios. Al final, quien sufre es también el consumidor, el ciudadano.
La solución es siempre la competencia. La mejor forma de mejorar la calidad y bajar los precios en cualquier mercado es siempre la competencia y la libre elección, que existan muchos productores y varios compradores del producto inicial. Y que en la venta final, en la comercialización al menudeo y al público, también participen muchas empresas. Los grandes mercados del planeta, como los de Europa (Alemania, Francia, Inglaterra, Italia, España, etc.), o en los Estados Unidos, Canadá, etc. hay muchas empresas. Por esos los precios son mucho más bajos. Tiene que ver con el tamaño del mercado, desde luego, pero también con la libre competencia.
El precio de las medicinas en Costa Rica es otro ejemplo de lo nocivo de un modelo cerrado, sin competencia, El monopolio de inscripción de importación y patentes de medicamentos en Costa Rica hace que las medicinas sean 300% o 500% más caras que en Europa, además de los otros países centroamericanos. El precio de las medicinas en Costa Rica es abusivo, ridículamente alto. Por ejemplo, el Valsartán para la presión alta cuesta 4 euros en Europa y cerca de 20 dólares en Costa Rica, dosis similares.
En Costa Rica los monopolios están expresamente prohibidos por el artículo 46 de la Constitución Política que dice: “Son prohibidos los monopolios de carácter particular, y - cualquier acto, aunque fuere originado en una ley, que amenace o restrinja la libertad de comercio, agricultura e industria.” Y también por Ley de Promoción de la Competencia y Defensa efectiva del Consumidor (ley 7.472).
Esa Ley, en su artículo 16, permite que la Comisión de Promoción de la Competencia (COPROCOM), adscrito al Ministerio de Economía, pueda rechazar la solicitud de compra, por estarse violando el principio de competencia y generándose una figura monopólica. El plazo es este próximo 17 de agosto.
No tengo nada contra esta empresa, la cual está simplemente haciendo su trabajo. El problema es nuestro, que toleramos la conformación de estos monopolios y conglomerados. Estoy en contra de la indolencia un país que está asfixiado por monopolios privados en distintas áreas (lácteos, gas, vehículos, medicinas, etc.) y no hace nada para impedirlo. Las autoridades de Costa Rica no se percatan o se hacen de la vista gorda. En los Estados Unidos, la propia Walmart no tiene más del 9% del mercado total y cualquier intento monopólico sería inmediatamente impedido. Hay leyes anti-trust muy fuertes. Igual en la Unión Europea (UE), la cual tiene y aplica leyes antimonopolios muy estrictas.
Esto es muy grave. Estamos ante un caso que podrá tener un impacto muy fuerte y negativo en los próximos años en la economía y bienestar de los ciudadanos. ¿Tendrá esa Comisión del MEIC la valentía y decisión para prohibir esta compra monopolística? El MEIC es parte del Poder Ejecutivo. ¿Y cuál es la posición de la Presidencia del país en este tema?
Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio. Delfino.CR es un medio independiente, abierto a la opinión de sus lectores. Si desea publicar en Teclado Abierto, consulte nuestra guía para averiguar cómo hacerlo.