— Seguimos muy enojados con el Macho Ramírez y con Los Reformadores de Alvarado pero la Caja Costarricense de Seguro Social se desmorona poco a poco frente a nuestros ojos y nosotros…. ¡A otra cosa mariposa!
— Al Macho lo despedirán y a los reformadores les seguirán dando buen palo en redes pero a la institución más importante del país la saquean a diestra y siniestra desde hace décadas y la opinión pública a lo sumo llega a comentar el inevitable ¡Ay veme qué bandida la UCCAEP cómo hincó a Carlillos!
— Y sí, qué bandida la UCCAEP, porque ninguna necesidad tenía de aplicarle esa matonada al presidente. Pero igual lo hicieron, como si no terminaran de entender que a) todo comunica y b) las cosas han cambiado. La ciudadanía hoy está más atenta así que cabe duda de que cualquier cantidad de ojos estarán pendientes a la gestión del señor Pablo Guzmán Stein desde la junta directiva de la CCSS.
— ¿Por qué? Porque a pesar de los múltiples cuestionamientos que recibió su nominación y su designación desde los más diversos sectores el hombre se aferró al puesto de forma casi obsesiva. Cuando uno se pone a sí mismo por encima de las circunstancias, el entorno, el contexto y el sentido común… es porque tiene una muy, pero muy buena razón. ¿Cierto?
— Estamos entonces convencidos de que don Pablo viene con todo a trabajar a cien por hora para ayudar a poner la CCSS en orden. ¡Y vaya que necesita que la pongan en orden! Porque las liebres saltan al por mayor y nosotros, como ciudadanía, seguimos sin prestar atención, como si la cosa fuera con el vecino.
— Es por ello que hoy resulta prudente —una vez más— recordar que a inicios de junio La Nación reveló un manejo “desafortunado” de cerca de $320 millones destinados a a la compra de “todo lo que requieren los enfermos para su atención en los centros de salud”. Sí, 180.000 millones de colones de desorden.
— Para ponerlo en sencillo a grandes rasgos la nota informó que a) El faltante de medicinas en la Caja Costarricense de Seguro Social subió este año un 40%; algo que no se había visto en la última década, b) Casi 250 expedientes de proveedores con sanciones pendientes estuvieron engavetados hasta por siete años, c) No existe un protocolo para sancionar a los proveedores que no cumplen con las fechas de entrega o la calidad del producto, d) El desabastecimiento desencadenó entre otras cosas el incremento de compras de emergencia en los hospitales (hasta un 30% más costosas).
— Actualmente la Dirección de Aprovisionamiento de Bienes y Servicios de la Caja (responsable del desastre) está siendo intervenida por orden de la gerenta interina de Logística, Gabriela Murillo Jenkins. El equipo interventor espera resolver el caos en menos de 6 meses pero requiere del apoyo de la junta directiva que recién empezó a sesionar tras la entrada de Guzmán Stein. Como medida cautelar, mientras tanto, 5 funcionarios han sido separados de sus cargos por 4 meses (todos siguen trabajando en la Caja en otras áreas).
— La propia Murillo le explicó a La Nación que el problema no es “solo de plata”:
Pero el problema no es solo un tema de plata. Le voy a dar un ejemplo: un proveedor es el mismo que falló cuatro veces la entrega de Efavirenz (medicamento para pacientes con VIH-sida), y es el mismo que nos vendió ahora Propofol (fármaco que induce la anestesia y que presentó fallos farmacéuticos; se le investiga por supuesta contaminación). Ni por lo de la India se sancionó, ni por el Efivarenz se sancionó… Entonces, ¿qué es lo que pasa? Dentro de esos expedientes encontrados, ese proveedor tiene tres procedimientos de sanción. Hay una impunidad que lo que genera es que todo el sistema se distorsiona.
— Así de grave. Precisamente por eso no nos deja de sorprender que junio está pronto a terminar y en el Congreso, sobre el tema… nada. Los diputados se enamoraron del Caso Sinart y el Caso Mauri (hasta ahora dos investigaciones que no trascendieron del circo político) y decidieron a) dejar de lado olímpicamente el Caso Opol b) ni siquiera considerar el estudio del Caso de los medicamentos perdidos en la Caja.
— El tema, evidentemente, es gravísimo y en extremo preocupante. Más allá de la buena voluntad que tengan los directivos de la Caja para ayudar a resolverlo cuanto antes… ¿qué están esperando los diputados para entrarle? Ayer nos tocó escuchar a varios legisladores usando su tiempo de control político para “reclamar” que Carlos Alvarado no los invitó a la presentación del anuncio concerniente a la ruta San José- San Ramón. ¡Qué espectáculo lamentable! ¡Qué desperdicio absoluto de tiempo!
— Mientras los diputados se hacen los tristes e indignados —porque claro, una función central de los legisladores, según el 121 de la Constitución Política es cortar cintillos y sonreír en comitivas— los temas gruesos y de interés general no avanzan en Cuesta de Moras. Legisladores: no nos importa si el presidente los llevó o no de paseo, ¡los necesitamos ocupados en temas mucho más relevantes!
— Bonus track: Gustavo Araya en Teclado Abierto, El desabasto de medicamentos e insumos médicos en la Caja, “Un caso que huele mal, excepto para los cálculos políticos”.
— Hidden track: En La Nación, Gabriela Murillo, gerente interina de Logística, CCSS: Un solo proveedor tiene 15 procedimientos de sanción. ¡Uno solo, 15!
Esta nota es parte del Reporte: Corrupción, desorden y descaro en el Congreso, la Caja y la Corte del 28 de junio del 2018.