Las discusiones sobre los planteamientos políticos y técnicos frente a un proyecto son una cosa, y los ataques infundados contra el honor de las personas son otra muy diferente. Bienvenidas las discusiones de fondo, que ayudan a enriquecer las propuestas. Pero rechazo tajantemente que, por diferencias ideológicas, se quiera arrojar dudas sobre la rectitud de mi accionar. Ese es el tipo de política tradicional que aleja a muchos profesionales exitosos y honrados de la función pública, y que nos tiene hastiados a los costarricenses.
Por respeto a la ciudadanía, quiero explicar que:
- En la segunda semana de abril, me convocaron, en mi condición de economista –no como asesora de ningún diputado- a una reunión con integrantes de la Comisión Legislativa, el entonces viceministro de la Presidencia y funcionarios del Ministerio de Hacienda, con el propósito de escuchar mi criterio técnico sobre el Proyecto de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas.
- En esa reunión planteé dudas y di mi criterio técnico sobre unos 20 temas del proyecto. Uno de esos fue la propuesta que hizo la Bolsa Nacional de Valores a los diputados para exonerar las rentas de las operaciones ejecutadas en una bolsa regulada. Esa propuesta pretendía exonerar todas las rentas de las inversiones hechas a través de la Bolsa.
- Las ganancias de los títulos de renta fija (bonos) tienen dos componentes: a) intereses, b) ganancias de capital (la diferencia entre lo que se pagó por el título y lo que se recibió al venderlo o a su vencimiento).
- Me opuse a que se exoneraran las rentas como un todo, pues eso equivaldría a que los intereses de los títulos valores no pagaran impuesto sobre la renta. Recordemos que, con este proyecto de ley, el porcentaje de ese impuesto está subiendo de 8% a 15% y la propuesta era que pasara del 8% al 0%.
- Reitero: fui clara en decir que en mi opinión debía mantenerse el impuesto sobre los intereses de dichos bonos.
- Queda la segunda parte de las ganancias de los bonos, es decir las ganancias de capital. Si ahora no están gravadas y se les pone un nuevo impuesto, los inversionistas ganarían un 15 % menos. Ese impuesto no lo paga la Bolsa, ni lo pagan los puestos de bolsa: lo pagarían los inversionistas y/o emisores. Si eso ocurriera, éstos se irían a invertir en otros países o, para que no lo hagan, el gobierno tendría que subir las tasas de interés.
- ¿Queremos que, por ese motivo, el Gobierno pague tasas de interés más altas por los bonos que ocupa para financiar sus actividades? ¿Cómo beneficiaría eso a los costarricenses?
- El 92% de las transacciones realizadas en la Bolsa de Valores corresponden a bonos del Gobierno. Es decir, que el principal afectado por el impuesto a las ganancias de capital de los bonos transados en la Bolsa sería el Sector Público. Por eso señalé que para lograr la mayor liquidez posible y mantener el atractivo de los títulos del gobierno, era importante mantener exoneradas (igual que están hoy en día) solo las ganancias de capital de las operaciones ejecutadas en una bolsa regulada y así ayudar a evitar el encarecimiento del costo de la deuda interna.
- No me correspondió decidir si mis observaciones eran o no acogidas en el proyecto de ley, porque solo daba un criterio de carácter técnico. De hecho, algunas de mis observaciones fueron tomadas en cuenta y muchas más no lo fueron, como es lógico con los criterios técnicos en ese tipo de procesos.
- Reitero que el impuesto a las ganancias afecta a los emisores y/o inversionistas; y que no son los Puestos de Bolsa, ni la Bolsa, los que lo pagan, pues éstos son solo el mercado donde se transan los títulos de Hacienda y otros emisores públicos y privados.
- A pesar de eso, se ha dicho que mantener exoneradas las ganancias de capital beneficia a los puestos de bolsa y que representa un conflicto de interés, ya que la empresa de la familia de mi marido opera en ese sector. Eso no es así, por lo ya señalado.
- Si lo anterior se ha dicho por ignorancia, queda hecha la explicación del caso. Si es por politiquería o por mala fe, que también eso le quede claro a los costarricenses. Siempre guío mis actuaciones con apego a los principios éticos y así quiero decirlo, de frente, a toda la ciudadanía.
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