La sociedad costarricense se construye desde la diversidad de pensamientos, tradiciones y expresiones culturales. En ese marco, y como organizador del Tope Nacional 2025, es necesario aclarar una serie de afirmaciones falsas que han circulado en redes sociales y que buscan desacreditar una actividad tradicional con profundo arraigo histórico y social.

Se ha difundido, de manera irresponsable, que una yegua murió durante el evento y que un búfalo colapsó por agotamiento. Ambas afirmaciones son falsas. La organización cuenta con reporte veterinario oficial, el cual confirma que únicamente se atendieron situaciones menores y que ningún animal sufrió afectaciones graves. En el caso del búfalo, se trata de un animal amansado y entrenado para echarse voluntariamente, lo que fue interpretado de forma incorrecta y malintencionada.

El evento contó con todos los permisos legales correspondientes y con las revisiones exigidas por la normativa costarricense, cumpliendo los protocolos de seguridad, salud y bienestar animal.

Es necesario que se entienda algo fundamental: la legislación costarricense permite el desarrollo de este tipo de eventos, los cuales se encuentran protegidos incluso por declaratorias de interés cultural, siempre y cuando se realicen en estricto cumplimiento de la ley. Cuando estas actividades se desarrollan de forma responsable, no solo pueden, sino que deben protegerse, al formar parte de nuestro presente, de nuestra historia viva y de nuestro patrimonio cultural.

Desde el punto de vista histórico y cultural, estas manifestaciones han sido documentadas y estudiadas por el Ministerio de Cultura y Juventud, evidenciando su valor social, identitario y comunitario dentro del patrimonio cultural costarricense.

La historia de Costa Rica no puede comprenderse sin el aporte del caballo. El desarrollo de cantones como San Ramón, los procesos productivos rurales y hechos históricos relevantes se construyeron gracias al trabajo de caballos y bueyes. Comunidades como Piedades Sur, con más de 120 años de tradición, han financiado escuelas, caminos, EBAIS y obras comunales mediante estas actividades, fortaleciendo el bienestar social y el desarrollo local.

En cuanto al bienestar animal, la evidencia científica es clara: estudios veterinarios internacionales indican que un caballo sano puede recorrer hasta 40–45 kilómetros diarios durante 6 a 8 horas, bajo condiciones adecuadas de manejo y supervisión profesional. Un recorrido aproximado de 2 kilómetros, con pausas y control veterinario, no representa un riesgo para su salud.

Las diferencias de opinión deben propiciar diálogo y respeto, no desinformación ni cancelación cultural. Defender la verdad, la legalidad, la tradición y el bienestar animal es también defender la identidad, la convivencia y la cohesión social de nuestras comunidades.

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