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Un análisis del grupo financiero señala crecimiento moderado de la recaudación, riesgos cambiarios y la necesidad de priorizar el gasto para sostener la consolidación fiscal.

Grupo Financiero Mercado de Valores anticipa que Costa Rica iniciará el 2026 con un panorama fiscal mixto, en el que conviven avances relevantes con señales de alerta que obligarán a reforzar la disciplina en ingresos y gasto público para sostener la consolidación fiscal alcanzada en los últimos años.

Según el análisis, el gasto público se mantiene contenido y la razón deuda/PIB continúa por debajo del umbral del 60%, lo que permite operar bajo un escenario más flexible de la regla fiscal. No obstante, los ingresos tributarios muestran un menor dinamismo, con un crecimiento acumulado de apenas poco más del 2% a setiembre, en comparación con el mismo periodo del año anterior.

Ingresos con menor dinamismo tras la reforma fiscal

Para Mercado de Valores, la desaceleración en la recaudación evidencia un agotamiento del impulso generado por la reforma fiscal del 2018, sumado a una creciente fatiga fiscal que limita el ritmo de pago de impuestos. Estos factores reducen el margen del Gobierno para sostener el proceso de consolidación fiscal sin ajustes adicionales.

Pablo González, Gestor Jr. de Portafolios del grupo financiero, explicó que tras el repunte observado en 2021, las tasas de crecimiento de los ingresos se han debilitado. En 2024, además, la apreciación del tipo de cambio afectó las utilidades empresariales, reduciendo la recaudación del impuesto sobre la renta.

“Como la mayor parte de los ingresos proviene del régimen definitivo, que crece menos que el PIB nominal, la recaudación ya no avanza al mismo ritmo que la economía”, señaló González, quien subrayó la necesidad de avanzar en modernización tributaria y combate a la evasión.

Más margen de gasto, pero con restricciones estructurales

El análisis destaca que la reducción de la deuda por debajo del 60% del PIB, alcanzada en 2024 y que se mantendría hasta 2027, otorga un mayor margen para el manejo del gasto público. Sin embargo, este espacio debe administrarse con cautela, debido a la rigidez del gasto corriente y a los bajos niveles de inversión pública.

La sostenibilidad fiscal para 2026 dependerá de conservar un balance primario positivo, es decir, que los ingresos del Gobierno superen sus gastos antes del pago de intereses. Actualmente este indicador se ubica en 1,3% del PIB, aunque muestra una tendencia descendente ante un crecimiento del gasto superior al de los ingresos.

Riesgos cambiarios y presión sobre la deuda

El informe advierte sobre riesgos adicionales, particularmente asociados al tipo de cambio. Una devaluación del colón frente al dólar incrementaría el valor en colones de la deuda externa y podría empujar nuevamente la razón deuda/PIB por encima de los límites más restrictivos de la regla fiscal.

De acuerdo con el análisis, una depreciación superior al 5% sería suficiente para ubicar este indicador por encima del límite del escenario C. Asimismo, una desaceleración de las exportaciones afectaría el crecimiento del PIB y presionaría la sostenibilidad fiscal desde el lado del crecimiento económico.

Disciplina fiscal y calidad del gasto como ejes clave

“El reto para 2026 será mantener la disciplina a pesar del mayor margen de gasto”, afirmó González. Según el experto, conservar un balance primario robusto es indispensable para evitar retrocesos, al tiempo que la distribución del presupuesto debería reflejar mejoras tangibles para la población en áreas que han sido postergadas.

En materia de financiamiento, Mercado de Valores destaca que el Ministerio de Hacienda ha diversificado sus fuentes mediante emisiones de deuda en euros con participación de inversionistas extranjeros, lo que contribuye a gestionar vencimientos y reducir presiones de liquidez. No obstante, reducir el costo promedio de la deuda sigue siendo un desafío en un entorno de tasas elevadas.

Para el grupo financiero, el 2026 exigirá fortalecer la recaudación, mejorar la calidad del gasto y anticipar riesgos macroeconómicos, como condiciones clave para preservar la estabilidad fiscal sin comprometer los avances logrados en los últimos años.