La bailarina costarricense cerrará una etapa de diez temporadas consecutivas interpretando el rol principal de la obra.
La bailarina costarricense Mariana Lizano Cambronero anunció su retiro del personaje del Hada de Azúcar en la producción de El Cascanueces, tras diez temporadas consecutivas interpretando este rol principal.
Lizano cuenta con más de 20 años de trayectoria profesional en el ballet clásico. Inició su carrera a principios de la década del 2000 y, con el paso de los años, se consolidó como intérprete de ballets completos. Su vínculo con El Cascanueces comenzó en 2009, cuando se integró al elenco en roles de cuerpo de baile y personajes solistas como Flauta de Almíbar y Copos de Nieve.
A partir de 2016 asumió de forma continua el papel del Hada de Azúcar, personaje que, según explicó, tuvo un impacto significativo en su desarrollo artístico y profesional. “Al inicio sentía una gran presión por demostrar que merecía este papel. Hoy, en mi última función, siento que he crecido junto al personaje y que me lo he ganado con trabajo, constancia y madurez artística”, expresó la bailarina.

Una decisión desde la plenitud artística
De acuerdo con Lizano, el retiro responde a una decisión consciente de respeto hacia la exigencia técnica y artística del rol. Aunque se siente en condiciones físicas y profesionales para continuar, optó por cerrar este ciclo en un momento alto de su carrera.
Asimismo, señaló que su decisión busca abrir espacio a nuevas generaciones de bailarinas, permitiéndoles asumir este personaje y vivir procesos formativos similares dentro del ballet clásico costarricense.

El Cascanueces como espacio formativo
La bailarina destacó que, en el contexto nacional, El Cascanueces representa un proyecto cultural clave para el sector, al generar oportunidades laborales y formativas en una disciplina con espacios limitados. Como bailarina independiente, su participación constante en esta producción le permitió mantenerse activa, fortalecer su técnica y consolidarse como bailarina principal.
Según explicó, el rol del Hada de Azúcar implica también una responsabilidad formativa, ya que quien lo interpreta se convierte en un referente para las bailarinas más jóvenes, tanto por su desempeño escénico como por su disciplina y ética de trabajo durante los ensayos.
Con este retiro, Mariana Lizano Cambronero cierra una etapa emblemática de su carrera, marcada por la constancia y el compromiso con el ballet clásico en Costa Rica.




