Costa Rica atraviesa un momento de incertidumbre política y creciente desconfianza ciudadana, es por ello que nos parece de suma relevancia compartir los alcances de una participación sorprendente, que es el resultado de una reciente consulta realizada por Defensa de Niñas y Niños Internacional (DNI Costa Rica) con la participación del Núcleo de Trabajo en Violencias, redes de personas menores de edad con presencia nacional, y población que participa en diferentes organizaciones y entidades en las siete provincias del país.

La consulta se dividió en dos partes. La primera sobre cómo viven la participación (los sentires de la participación) y como desean que sea promovida. La segunda constaba de 4 preguntas relacionadas con la elección de un nuevo Gobierno y liderazgos. En total 554 niñas, niños y adolescentes nos hacen un recordatorio contundente: la democracia debe escuchar a quienes, aunque no voten, son actores sociales, ciudadanas y ciudadanos.

La mayoría de las personas menores de edad que participaron de manera colectiva o individual, calificaron sus experiencias en espacios de participación como positivas, destacando sentimientos de seguridad, inclusión y escucha. Sin embargo, también señalaron obstáculos persistentes: miedo, falta de espacios adecuados y actitudes adultocéntricas que limitan su voz. Este hallazgo es crucial. Niños, niñas y adolescentes, no son espectadores pasivos de la vida pública. Son ciudadanos y ciudadanas en desarrollo de sus capacidades y autonomía, ejerciéndola de manera progresiva, que reclaman su derecho a ser escuchadas y a ser tomadas con seriedad.

A través de su participación y opinión, constatamos que son personas orgullosas de su país, con criterio para definir lo que les gusta y lo que no. Por ejemplo, dentro de lo positivo sienten orgullo por la naturaleza, la democracia, la educación pública y la solidaridad que caracterizan a Costa Rica. Reconocen la importancia de los parques nacionales, la libertad de expresión y la convivencia pacífica. Pero también señalaron preocupaciones profundas: la corrupción, el machismo, la inseguridad, la discriminación y la falta de oportunidades. Reconocen que el país protege a niñas, niños y adolescentes en algunos aspectos, pero advierten que las violencias y la desigualdad siguen afectando su vida cotidiana.

Claridad sobre cómo debe ser un próximo presidente o presidenta

Cuando se les preguntó cómo debería ser la próxima persona en ocupar la presidencia, respondieron sin titubeos: honestidad, responsabilidad y cero corrupciones. No piden discursos vacíos, sino líderes y lideresas que cumplan lo que prometen, que les escuchen siempre y que trabajen por la educación, la salud, el ambiente y la reducción de la pobreza.

También señalaron lo que no quieren: un presidente o una presidenta que no escuche, que quite apoyos sociales o que descuide la salud y la educación. Para ellos y ellas, la exclusión y el abandono institucional son las mayores traiciones posibles.

Si fueran presidentes por un día, priorizarían la seguridad, la lucha contra las violencias, las adicciones, la protección del medio ambiente, la educación, salud. Proponen campañas contra el bullying, mejoras en escuelas y calles, oportunidades para todas y todos sin discriminación. Sus propuestas son concretas y realistas, alejadas de la retórica electoral.

“No solo somos el futuro, somos el presente de Costa Rica”. Niños, niñas y adolescentes reclaman ser tomadas en cuenta con seriedad. Piden que la política recupere valores esenciales y que las candidaturas cumplan lo que prometen. Este mensaje debería resonar en cada candidato y candidata, en sus partidos políticos y en cada persona que va a asumir un cargo político.

Una brújula ética

La consulta desmitifica la idea de que las niñas, niños y adolescentes no tienen claridad sobre la sociedad que desean. Al contrario, muestran que son personas informadas, conscientes y comprometidas con su comunidad, con su país. En tiempos de incertidumbre, sus voces son una brújula ética. Nos recuerdan que la política debe ser honesta, inclusiva y orientada al bien común. Ignorar estas voces sería perder la oportunidad de reconstruir la confianza ciudadana desde sus cimientos.

Costa Rica tiene la oportunidad de recuperar la confianza ciudadana empezando por quienes más desean un país justo, seguro y con oportunidades para todas y todos en igual de condiciones. Escuchar a las niñas, niños y adolescentes no es un gesto simbólico, es un deber democrático.

*Defensa de Niñas y Niños – Internacional, DNI Costa Rica tiene 31 años de presencia en Costa Rica trabajando por sociedades justas, equitativas, solidarias, respetuosas y con oportunidades para las niñas, niños y adolescentes sin discriminación alguna. Es una organización independiente, aconfesional y apartidista.
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