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La temporada navideña y de fin de año suele asociarse reuniones familiares, mesas llenas, brindis, comida y fotografías que intentan retener momentos felices.

Sin embargo, para muchos adultos mayores y para personas con discapacidad, estas semanas pueden convertirse en un recordatorio incómodo de su fragilidad, de la ausencia de quienes ya no están o, sencillamente, de lo fácil que es quedar relegado en medio del bullicio, los ingresos económicos son diferentes y su aporte.

“Las fiestas de fin de año son una oportunidad para compartir momentos significativos con todas las personas que son nuestros seres queridos, incluidos los adultos mayores y personas con discapacidad.  Con inclusión, apoyo y empatía, podemos asegurar que estas festividades sean una fuente de contención emocional y conexión, minimizando los riesgos psico sociales que pueden surgir”, explica Álvaro Solano, director de Psicología de Universidad Fidélitas.

La celebración no siempre alegra

La nostalgia, la confusión ante los cambios de rutina y el miedo a convertirse en una molestia son emociones más comunes de lo que realmente se admite. En personas mayores, estos sentimientos pueden mezclarse con la ansiedad que provoca el ruido, los tipos de música, el ajetreo o la sensación de no poder seguir el ritmo de los demás o simplemente a adaptarse a horarios y tipos de comida que no les caen bien.

Para quienes viven con alguna discapacidad, la situación puede ser aún más compleja debido a las dificultades de comunicación, la falta de entornos adaptados o la escasa paciencia de quienes les rodean pueden transformar un encuentro familiar en una fuente de estrés.

“Las bajas temperaturas, la menor movilidad y los cambios bruscos en la alimentación pueden derivar en resfriados, caídas o malestares digestivos. A esto se suma que mantienen rutinas de descanso diferentes, por lo que es natural que quieran retirarse antes o hacer pausas a lo largo del día”, detalló el profesional de Psicología.

Diez maneras de acompañar sin invadir

La Navidad y el fin de año deben ser espacios para compartir en armonía y amor. Con pequeños gestos, es posible transformar estas fechas en un espacio donde todos se sientan bienvenidos.

  1. Mantener la comunicación abierta y escuchar de verdad sus preocupaciones y necesidades.
  2. Validar lo que sienten, sin restar importancia a sus emociones, aunque parezcan contradictorias.
  3. Organizar actividades inclusivas, adaptadas al ritmo y capacidades de cada persona.
  4. Cuidar su alimentación, procurando platos ligeros, saludables y buena hidratación.
  5. Garantizar espacios seguros, bien iluminados y libres de obstáculos; tomando en cuenta que el ruido excesivo puede generar incomodidad, actividades inclusivas.
  6. Fomentar movimientos suaves, como caminatas cortas o estiramientos, que ayuden al bienestar físico y al humor.
  7. Respetar sus horarios, sobre todo los de comida y descanso, que les aportan estabilidad.
  8. Propiciar momentos de compañía, ya sea mediante visitas o encuentros con otras personas de su edad.
  9. Aprovechar la tecnología, especialmente cuando la distancia física limita la cercanía.
  10. Recordarles su valor, escucharlos y reconocer lo que aún tienen por enseñarnos fortalece su autoestima, realicemos actividades con  valor agregado e incluyamos dinámicas donde resaltemos la importancia de contar con ellos.

Sobre la Universidad Fidélitas
La Universidad Fidélitas es reconocida, según Ipsos, como la mejor U en Ciencias de la Computación, la mejor en Ingenierías y en programas 100% virtuales. Con más de 45 años de trayectoria, destaca por su excelencia académica y por una metodología basada en STEM. Sus instalaciones modernas y laboratorios equipados con tecnología avanzada respaldan una formación de primer nivel.  Como miembro de Babson Collaborative for Entrepreneurship Education, facilita el acceso a oportunidades de innovación, investigación y colaboración internacional para estudiantes, docentes y emprendedores.