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Diez años después de la adopción del Acuerdo de París, Francia reafirma su compromiso de luchar contra el cambio climático y defender una diplomacia basada en la ciencia, la solidaridad y la transparencia.

Gracias a una movilización sin precedentes y a los esfuerzos de la diplomacia francesa, el Acuerdo de París constituyó un momento histórico. Nos fijó un objetivo claro: contener el calentamiento muy por debajo de los 2 °C y proseguir los esfuerzos para limitarlo a 1,5 °C. Hoy en día, los nuevos compromisos adquiridos en la COP30 sitúan al mundo en una trayectoria de 2,3 a 2,5 °C, con una reducción absoluta de las emisiones mundiales del 12 % para 2035 con respecto a 2019. Estos avances son reales, pero insuficientes: todos los grandes emisores deben intensificar sus esfuerzos.

Francia y todos los Estados miembros de la Unión Europea están a la vanguardia, con una hoja de ruta que prevé una reducción del 90 % de sus emisiones en 2040 y la neutralidad climática en 2050. La UE cumple sus compromisos: nuestro continente está en camino de alcanzar su objetivo de reducir las emisiones en un 55 % en 2030 con respecto a 1990, y sigue siendo el principal contribuyente mundial a la financiación climática.

En este sentido, Francia está haciendo lo que le corresponde, ya que en 2024 se concedieron 7200 millones de euros en financiación climática a los países en desarrollo, de los cuales el 40 % se destinó a la adaptación, es decir, a medidas que permiten a los países más vulnerables hacer frente al cambio climático. Al ayudar a nuestros socios, contribuimos a la estabilidad de su región y de la nuestra.

Los resultados de la acción internacional de Francia en favor del clima al servicio de los objetivos de desarrollo sostenible son tangibles: en 2024, hemos reforzado la resiliencia climática de 15,9 millones de personas, apoyado la conversión agroecológica de 180 000 explotaciones agrícolas, mejorado el acceso a la electricidad de 4 millones de personas y estructurado una oferta de transporte urbano sostenible para 2,6 millones de personas.

Ante la urgencia climática, Francia reitera su llamado a la rápida publicación de nuevas contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN) ambiciosas y basadas en la ciencia. Cada día nos recuerda que la transición mundial hacia la neutralidad climática es irreversible y ofrece oportunidades económicas y sociales. Francia movilizará su experiencia y sus alianzas en beneficio de los actores ambiciosos que deseen aprovecharlas.

La ciencia sigue siendo nuestra brújula, la solidaridad nuestro método y el multilateralismo nuestra vía de acción.