Hallazgo describe la infección en un perro bulldog francés de tres años atendido inicialmente en una clínica veterinaria privada en San José en el 2023.
El Laboratorio de Patología Veterinaria de la Escuela de Medicina y Cirugía Veterinaria San Francisco de Asís (LAPAVET-ESFA), participó en la investigación científica que confirmó el primer caso documentado en Costa Rica y en Centroamérica del parásito Dioctophyme renale, conocido como el “gusano gigante del riñón”.
El hallazgo, recientemente publicado en la revista científica internacional Veterinary Parasitology: Regional Studies and Reports, describe la infección en un perro bulldog francés de tres años atendido inicialmente en una clínica veterinaria privada en San José en el 2023. El caso presentó síntomas como fiebre, vómitos, apatía, trombocitopenia y daño renal severo.
El diagnóstico y la investigación se realizó de manera multimodal por medio de médicos veterinarios clínicos, microbiólogos, parasitólogos, patólogos e ingenieros, tanto nacionales como internacionales.
De parte del laboratorio de patología LAPAVET-ESFA participó el médico veterinario Josué Campos, encargado del área de parasitología y enfermedades parasitarias. Otras instituciones claves para la investigación fueron el Laboratorio de Helmintología de la Universidad de Costa Rica liderado por la doctora Alicia Rojas y el Tecnológico de Costa Rica.

En LAPAVET-ESFA se realizó la examinación mediante:
- El análisis histopatológico detallado del riñón afectado.
- El procesamiento microscópico para la identificación morfológica del nematodo.
- La coordinación técnica con especialistas nacionales e internacionales para confirmar la especie por medio de diagnóstico molecular y microscopía electrónica.
El parásito encontrado medía aproximadamente 25 centímetros y presentaba características compatibles con Dioctophyme renale. Los análisis moleculares confirmaron una similitud genética superior al 98 % con secuencias reportadas en Suramérica.
Primer reporte en Costa Rica
Hasta ahora, el parásito solo había sido documentado en países de Sudamérica, particularmente en Argentina y Brasil. Este caso constituye la primera evidencia de circulación en Costa Rica, lo que sugiere la existencia de condiciones ambientales locales capaces de sostener su ciclo biológico.
El ciclo de vida del parásito involucra hospedadores acuáticos intermedios (oligoquetos) y hospedadores paraténicos como peces y ranas, por lo que la presencia de carnívoros silvestres susceptibles —como mustélidos, cánidos y felinos— podría facilitar su establecimiento en el país.
El hallazgo representa un llamado a vigilar ecosistemas acuáticos y promover educación preventiva bajo el enfoque One Health (salud animal, salud pública humana y ambiental). De hecho, no existe contagio directo entre personas, ni de animales a humanos pero el riesgo está asociado a consumir peces, ranas u otros hospedadores acuáticos crudos o poco cocidos, en ambientes donde circula el parásito.
El LAPAVET-ESFA hace un llamado a los profesionales en medicina veterinaria para considerar este parásito en diagnósticos diferenciales de afecciones renales y para reforzar la educación a propietarios sobre la prevención, especialmente en zonas con cuerpos de agua dulce.




