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La entidad advierte que ansiedad, culpa y presión social influyen en decisiones financieras impulsivas durante diciembre y comparte recomendaciones para promover un gasto más consciente.

Durante el cierre de año, el manejo del dinero suele verse influenciado por una carga emocional distinta al resto del año. El fin de ciclos, las celebraciones, los ingresos extraordinarios y la presión social crean un contexto que favorece decisiones financieras impulsivas, según señaló Coopenae–Wink.

La entidad explicó que, en esta época, las emociones tienen un peso determinante en la forma en que las personas gastan y administran sus recursos. Estados como la ansiedad, la culpa, la nostalgia, el deseo de recompensa y la necesidad de pertenencia se activan con mayor intensidad, reduciendo el autocontrol y priorizando la gratificación inmediata sobre la planificación financiera.

Patrones de gasto emocional

De acuerdo con Coopenae–Wink, entre los comportamientos más frecuentes durante diciembre se encuentran el gasto como premio personal (“me lo merezco”), el gasto motivado por culpa, la presión social y el consumo como forma de evasión emocional. A esto se suma la sobreexposición a redes sociales y a promociones digitales personalizadas, que facilitan compras rápidas y poco reflexionadas.

La nostalgia y la soledad también inciden en las decisiones financieras. En muchos casos, el consumo se convierte en una forma de compensar emociones, sustituyendo vínculos o bienestar emocional por gastos que ofrecen alivio momentáneo, pero generan consecuencias posteriores.

Reconocer la emoción antes de gastar

Según explicó Cindy Rivera, gerente de Inclusión Financiera de Coopenae–Wink, identificar la emoción previa a una compra es clave para transformar una reacción automática en una decisión más consciente.

“En fin de año no solo cambia el nivel de gasto, también cambian las emociones desde las que tomamos decisiones financieras, y eso explica por qué muchas compras no responden a una necesidad real. Reconocer la emoción antes de gastar transforma una reacción automática en una decisión financiera más sana y sostenible”.

7 recomendaciones para manejar el gasto emocional

  • Identificar la emoción antes de comprar y preguntarse qué la motiva.
  • Aplicar la regla de las 24 horas para compras no planificadas.
  • Definir un presupuesto emocional para celebraciones y disfrute.
  • Registrar los gastos impulsivos junto con la emoción asociada.
  • Reducir la exposición a estímulos digitales y promociones personalizadas.
  • Priorizar experiencias sobre objetos materiales.
  • Planificar enero y no tratar ingresos extraordinarios como permanentes.

Entre las señales de alerta de un gasto motivado por emociones, la entidad mencionó las compras repetitivas sin planificación, el uso excesivo de crédito, el ocultamiento de gastos y la culpa inmediata tras comprar.

“El problema no es gastar en fin de año, sino hacerlo sin conciencia, dejando que la emoción decida por encima de la planificación. Muchos gastos buscan aliviar una emoción momentánea, pero generan preocupaciones que se extienden hasta los primeros meses del siguiente año”, agregó Rivera.

Una mirada integral a las finanzas personales

Coopenae–Wink enfatizó que hablar de dinero también implica hablar de emociones, ya que las decisiones financieras no se toman únicamente desde los números. Integrar esta dimensión emocional permite construir hábitos más sanos, evitar errores recurrentes de fin de año y comenzar el siguiente ciclo con mayor tranquilidad y control.

Acerca de Coopenae–Wink
Con 59 años de trayectoria en el movimiento cooperativo de ahorro y crédito en Costa Rica, Coopenae promueve el desarrollo económico y social de sus asociados, sus familias y comunidades, con un enfoque en educación financiera e innovación.