39 estudiantes del Caipad desarrollan emprendimientos que fortalecen su autonomía y generan ingresos para sus familias.

Rebeca Rodríguez, de 34 años, recuerda los días en que la rutina era estar encerrada en casa, sin metas ni compañía. Su realidad cambió: es estudiante del Centro de Atención Integral para Personas Adultas con Discapacidad (Caipad) de Tibás y participó en su primera feria de emprendimiento. “Este lugar me enseñó que una persona como yo puede salir adelante”, dice con orgullo.

El Caipad de Tibás nació hace más de dos décadas con una misión clara: integrar a personas adultas con discapacidad a la sociedad mediante formación y proyectos productivos. Actualmente, 39 estudiantes desarrollan emprendimientos que van desde jabones artesanales hasta productos relajantes como “serenos” —bolsas térmicas con lavanda y manzanilla— y galletas de avena. Cada artículo lleva detrás una historia de esfuerzo y aprendizaje.

“Antes pensaba que no podía, que mi discapacidad me limitaba”, confiesa Rebeca. “Ahora sé que puedo aportar a la sociedad, aunque sea con un granito de arena”. Su testimonio refleja una realidad que aún enfrenta barreras: la falta de oportunidades laborales para personas con discapacidad. 

“Cuando entras al Caipad, sientes que llegaste a una familia”, agrega Rebeca Rodríguez.

“En Costa Rica todavía se cierran muchas puertas”, afirma Katia Hernández, madre de otro estudiante del centro. “Pero estos chicos tienen una capacidad increíble”.

Para Katia, el emprendimiento de su hijo Vinicio Zamora, no solo genera ingresos, también le devolvió seguridad y autoestima. “Él ahora sabe que puede vender, que tiene su propia platita. Eso lo hace sentirse útil”, comenta. El impacto trasciende lo económico: es inclusión real, donde cada persona demuestra que puede contribuir.

“Todos podemos, siempre y cuando tengamos el apoyo indicado”, expresó Katia Hernández.

Un ecosistema que apuesta por la diversidad

Para las personas emprendedoras con discapacidad participar en una feria es más que estar en una vitrina de productos; es un espacio donde se desafían prejuicios y se construyen oportunidades. Cada emprendimiento es una respuesta a quienes alguna vez dijeron “usted nunca va a poder”. Aquí, la creatividad y la resiliencia son protagonistas.

El Caipad de Tibás atiende a decenas de personas adultas con discapacidad, promoviendo su autonomía y participación social. Este modelo no solo beneficia a los estudiantes, también impacta a sus familias y comunidades, con la generación de ingresos y fortalecimiento de redes de apoyo.

“El BN reafirma su compromiso con la inclusión. No se trata solo de abrir un espacio comercial, sino de reconocer el valor y la capacidad de las personas con discapacidad para aportar a la economía y a la sociedad. Queremos que cada cliente y visitante aprecie que apoyar estos emprendimientos es construir un país más justo e inclusivo”, señaló Silvia Monge, integrante de la Comisión Institucional de Accesibilidad y Discapacidad (CIAD) del Banco Nacional (BN), en el marco del Día Internacional de la Persona con Discapacidad, que se conmemora este 3 de diciembre.

El Caipad de Tibás también participó este año en la Feria BN Expo Lo Nuestro San José, una vitrina relevante para emprendedores costarricenses. Además del stand del Caipad, catorce emprendedores más con proyectos inclusivos se sumaron a esta iniciativa, mostrando la diversidad y el talento que caracteriza a estas ferias. 

Esta presencia se enmarca en los esfuerzos de la Comisión Institucional de Accesibilidad y Discapacidad (CIAD) del Banco Nacional por generar espacios inclusivos que promuevan la igualdad de oportunidades y visibilicen el talento de esta población.