Un análisis de la Universidad Nacional (UNA) estima que no clasificar al Mundial 2026 podría costarle a Costa Rica entre $50 y $70 millones, considerando tanto los efectos directos como los indirectos que una eventual eliminación tendría sobre distintos sectores económicos del país.
El estudio, presentado por el Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (CINPE), se da en el marco de los partidos decisivos que la Selección Nacional enfrentará este mes ante Haití y Honduras, encuentros que definirán si el país obtiene la clasificación directa, accede al repechaje o queda fuera de la cita mundialista.

Según el economista Leiner Vargas, los efectos directos de una eliminación incluirían la pérdida de entre $9 millones y $12 millones del premio FIFA, además de otros ingresos asociados al apoyo de preparación, derechos televisivos y mercadeo, que en conjunto podrían sumar entre $14 y $25 millones.
A esto se suman los efectos indirectos, como la reducción del consumo interno, la publicidad y el turismo, que podrían representar entre $50 y $70 millones en pérdidas totales. La ausencia de la Tricolor en el torneo también impactaría la marca país, la exposición internacional de jugadores costarricenses y las oportunidades comerciales y turísticas derivadas de la visibilidad global que ofrece el evento.
Desde una perspectiva social y cultural, el académico Onésimo Rodríguez, del Instituto de Estudios Sociales en Población (IDESPO), considera que el fenómeno futbolístico suele estar “sobredimensionado” en el imaginario nacional.
Se tiende a pensar que no ir al Mundial sería un descalabro para el país, porque se asocia la identidad nacional con la Selección de Fútbol, y eso no es así. Culturalmente no se pierde nada; la vida sigue y el país continúa”
No obstante, Rodríguez advirtió que el impacto puede manifestarse en conductas sociales derivadas de los resultados deportivos, como los aumentos en los reportes de violencia intrafamiliar y el mayor consumo de alcohol, fenómenos que, según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), pueden incrementarse hasta un 45% durante los partidos.
El análisis también destaca la asimetría mediática que privilegia la atención hacia la Selección Masculina Mayor, mientras que las participaciones de los equipos femeninos o juveniles pasan casi inadvertidas.
Más allá de las cifras, la UNA concluye que el peso simbólico del fútbol en Costa Rica sigue siendo alto, y que una eventual eliminación afectaría principalmente la percepción emocional y colectiva de la población, más que la identidad nacional en sí misma.
Mientras tanto, el país se prepara para una semana decisiva: Costa Rica enfrentará a Haití este jueves y a Honduras la próxima semana, con la clasificación al Mundial 2026 —que se jugará en Estados Unidos, México y Canadá— en juego.




