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Experta comparte 10 tips prácticos y que se pueden personalizar, para iniciar el 2026 con esta habilidad fortalecida.

El dominio del inglés sigue siendo un reto pendiente para miles de costarricenses. A pesar de los esfuerzos institucionales, los datos muestran una realidad preocupante: el Décimo Informe del Estado de la Educación 2025 señala que, aunque Costa Rica cuenta con programas educativos técnicamente robustos en inglés, las condiciones para implementarlos efectivamente en las aulas siguen siendo insuficientes, especialmente en primaria.

El informe identifica falta de docentes capacitados, escasez de materiales, y poco acompañamiento pedagógico, lo cual provoca que los programas queden “atrapados en el papel” y tengan un impacto mínimo o desigual en el aprendizaje.

Por su parte, el EF English Proficiency Index 2023 ubica a Costa Rica en la categoría de “proficiencia moderada” (puesto 38 de 113 países), por debajo de otros países con economías orientadas a servicios globales.

Con el 2026 a la vuelta de la esquina, muchos profesionales, estudiantes y trabajadores informales en el país se proponen mejorar su nivel del idioma por razones laborales, académicas y personales.

Tomando en cuenta esta realidad, Adriana Castro, fundadora de Craving English, sostiene que la clave está en estudiarlo correctamente. Castro señaló:

Todas las personas son capaces de aprender un segundo idioma si cambian su enfoque. No se trata de perfección, sino de constancia y sentido".

La emprendedora costarricense agregó:

Acá se vuelve clave tener una motivación personal clara, sin ella es es fácil abandonar. Pero con pequeños hábitos, el progreso se vuelve inevitable”.

A partir de su experiencia con Craving English, una comunidad educativa que promueve el aprendizaje del inglés desde la motivación personal y la práctica cotidiana, Castro comparte una guía práctica con 10 hábitos clave para avanzar de forma sostenida en el aprendizaje del idioma en 2026:

  1. Conecte con su “por qué” y su “para qué”. Antes de estudiar más, pregúntese por qué quiere aprender inglés. Un propósito claro, como optar por un ascenso o poder viajar con seguridad, le dará enfoque y lo mantendrá constante, incluso cuando la motivación baje.
  2. Establezca metas medibles y realistas. En lugar de proponerse “dominar el inglés”, comprométase con metas alcanzables como “30 minutos diarios durante tres meses” o “avanzar un subnivel por trimestre”. El progreso pequeño pero constante es más efectivo que una meta lejana y abrumadora.
  3. Haga un inventario de sus herramientas. Revise qué recursos tiene a su alcance: series, videos, clases, podcasts, libros, música, journaling. Tenga esa lista visible y úsela para planificar su semana con variedad y motivación.
  4. Practique inmersión diaria con intención. No necesita estudiar horas. Diez minutos al día con intención, grabarse hablando, aprender una frase, hacer un mini-reto, generan más avance que una sesión larga esporádica. Lo importante es la constancia y el enfoque.
  5. Tenga un “momento valiente” cada semana. Expóngase al idioma en situaciones que le reten un poco: hablar con alguien, quitar subtítulos, escribir un mensaje. Estos pequeños pasos fortalecen su confianza y reducen el miedo a equivocarse.
  6. Integre el inglés en su rutina diaria. Aproveche momentos como manejar, cocinar o caminar para escuchar contenido en inglés. Así el idioma se convierte en parte de su vida cotidiana, no solo en una tarea académica.
  7. Cree un calendario flexible (y active alarmas). Agende su práctica diaria de inglés entre 15 y 30 minutos. No importa si un día lo hace en la mañana y otro en la noche. Use alarmas y un calendario visual para mantenerse organizado y motivado.
  8. Revise y ajuste su calendario semanalmente. Cada semana, evalúe lo que funcionó y lo que no. Si una meta le resultó pesada, ajústela. Lo importante es mantener el ritmo sin agotarse. Esta autoevaluación refuerza su compromiso y claridad de progreso.
  9. Cree listas de vocabulario y un día de repaso. Divida el vocabulario en dos listas: palabras que entiende pero no usa, y palabras que no conoce. Revise ambas una vez por semana, practique su pronunciación y úselas en frases.
  10. Escriba un journaling semanal en inglés. Dedique unos minutos cada semana para escribir en inglés sobre su día, sus logros o lo que aprendió. Este ejercicio mejora su escritura, consolida vocabulario nuevo y fortalece su conexión personal con el idioma.

Para Adriana Castro, más que una habilidad académica, el inglés es una herramienta de libertad y crecimiento:

Hablar inglés no es solo para gente con acceso a clases caras es un derecho de quienes quieren comunicarse con el mundo y abrirse oportunidades. Si usted tiene un motivo claro y lo convierte en hábito diario, el idioma deja de ser una barrera y se vuelve parte de su identidad”, concluye.