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Entidad recuerda que la prioridad debe ser resguardar la vida humana y seguir los protocolos de emergencia. 

El Colegio de Químicos de Costa Rica hizo un llamado a la población, a las empresas y a las organizaciones  a no bajar la guardia ante el manejo de sustancias químicas y gases inflamables, luego del reciente derrame en una gasolinera de Moravia, donde una fuga masiva de Gas Licuado de Petróleo (GLP) generó un riesgo inminente de deflagración, según reportó el Cuerpo de Bomberos.

Un nuevo episodio se presentó este 28 de octubre en la soda de la Facultad de Estudios Generales de la Universidad de Costa Rica, el cual fue atendido oportunamente por el Cuerpo de Bomberos de Costa Rica.

Este año, una explosión de GLP provocó en México la muerte de 28 personas y dejó 50 heridas.

El Colegio de Químicos enfatizó que lo primero en todo evento de este tipo es proteger la vida humana y seguir un protocolo técnico que permita controlar y mitigar los riesgos.

El vocero del Colegio de Químicos de Costa Rica, Roger Alberto Campos Víquez, señaló:

El manejo de sustancias químicas requiere conocimiento, equipos adecuados y un estricto cumplimiento de los protocolos de seguridad. La prioridad siempre debe ser resguardar la vida humana, contener la fuga y comunicar de inmediato a las autoridades competentes”.

La entidad recordó que, en caso de derrames o escapes de productos químicos o gases, se debe detener la fuente o aislar la fuga, realizar la evacuación y delimitación del área, notificar inmediatamente a Bomberos y a las autoridades ambientales y sanitarias, y utilizar equipo de protección personal (EPP).

Asimismo, es esencial contener el derrame, neutralizarlo o mitigarlo si es posible, recolectar los residuos, ventilar la zona, monitorear las condiciones ambientales y del personal, y finalmente elaborar un informe técnico y revisar los procedimientos para evitar incidentes futuros.

El Colegio advirtió que un escape de gas en grandes cantidades puede generar graves consecuencias para la salud y el ambiente. En las personas, puede provocar intoxicaciones agudas, quemaduras químicas, asfixia, daños neurológicos, afectaciones en la piel y los ojos, con consecuencias a corto, mediano y largo plazo. En el ambiente, puede ocasionar contaminación de aguas superficiales y subterráneas, afectación a la flora y fauna, y formación de subproductos tóxicos persistentes.

Además, un evento de este tipo puede obligar a evacuar comunidades, interrumpir servicios esenciales y evitar pánico social.

El Colegio de Químicos recordó que Costa Rica cuenta con diversos marcos regulatorios y decretos que regulan el manejo, transporte y almacenamiento del GLP, entre ellos:

  • El Reglamento General para la Regulación del Suministro de Gas Licuado de Petróleo (GLP),
  • El Reglamento de autorización y registro de tanques estacionarios para autoconsumo,
  • El Reglamento para el Diseño, Construcción y Operación de Plantas de Almacenamiento y Envasado de GLP,
  • Los Reglamentos Técnicos Centroamericanos (RTCA) aplicables,
  • Son parte, las normativas y ordenanzas municipales, así como las inspecciones del Cuerpo de Bomberos, el Ministerio de Salud y la participación de la ARESEP en la supervisión del comercio del GLP.

Campos subrayó que el GLP es una fuente de energía segura siempre y cuando se manipule con los dispositivos adecuados, bajo supervisión técnica y con medidas de prevención actualizadas. “No podemos permitir que la rutina o la confianza sustituyan la precaución. Cada procedimiento de mantenimiento o traslado de gas debe ejecutarse con conocimiento técnico y bajo protocolos estrictos de seguridad”, concluyó.