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Cámara calificó el proyecto como un "grave retroceso en materia de seguridad vial".

La Cámara Nacional de Transportes (Canatrans) expresó su profunda preocupación ante el proyecto de ley 23.984, que actualmente se tramita en la Asamblea Legislativa y que pretende regular y autorizar el uso de vehículos tipo “tuk-tuk” o triciclos motorizados para el transporte de personas.

La presidenta de Canatrans, Silvia Bolaños, señaló que la iniciativa representa “un grave retroceso en materia de seguridad vial, regulación técnica, sostenibilidad del sistema de transporte público y equidad competitiva entre operadores”.

Bolaños advirtió que el país atraviesa una de las crisis más graves en la historia del transporte público, marcada por la caída sostenida en la demanda de pasajeros, la expansión de servicios informales y el crecimiento descontrolado de plataformas digitales no reguladas.

En ese contexto, afirmó que resulta aún más preocupante que se promuevan proyectos que “profundicen la fragmentación del sistema y comprometan la seguridad de los usuarios”.

Según Canatrans, los llamados “tuk-tuk” no cumplen con los estándares mínimos de seguridad exigidos al transporte público formal. Su estructura, estabilidad y capacidad de protección al pasajero son considerablemente inferiores a las de un autobús o un taxi, lo que eleva los riesgos para pasajeros y conductores.

Además, el esquema actual de seguros en Costa Rica no contempla coberturas adecuadas para este tipo de vehículos, lo que dejaría a los usuarios desprotegidos en caso de accidentes.

Bolaños añadió:

El transporte público formal opera bajo un marco normativo estricto, con inversiones en unidades, mantenimiento, pólizas y cumplimiento de normativa laboral. Legalizar los tuk-tuks generaría una competencia desleal y profundizaría la desarticulación del sistema”.

Bolaños enfatizó que, lejos de fortalecer el transporte colectivo, el proyecto incentiva la multiplicación de micro servicios individuales de baja capacidad y alto impacto vial, contradiciendo los principios de movilidad sostenible y planificación urbana moderna.

Otro de los puntos críticos del proyecto, señaló, es la ausencia de límites de operación. La propuesta permitiría que los tuk-tuks recorran distancias de hasta 30 kilómetros o más, incluso en rutas ya concesionadas al transporte público formal.

Bolaños agregó:

Este tipo de vehículos deberían restringirse a zonas turísticas o recorridos cortos de última milla. Permitir su uso en trayectos extensos desnaturaliza su función y crea un sistema paralelo sin control técnico ni territorial”.

Desde Canatrans también se alertó sobre el impacto ambiental de la medida. Al promover vehículos de baja capacidad sin restricción de kilometraje ni control de rutas, se incrementaría la congestión vial, el consumo energético y las emisiones por pasajero transportado, contraviniendo los objetivos de descarbonización nacional.

Bolaños recordó que la experiencia internacional demuestra los riesgos de incorporar los tuk-tuks sin una regulación rigurosa. Países como India, Filipinas, Perú y Guatemala han enfrentado serios problemas de seguridad, congestión y contaminación tras su introducción masiva, mientras que en otros casos su uso se ha limitado exclusivamente a fines turísticos o zonas controladas.

Finalmente, la presidenta de Canatrans hizo un llamado al Poder Legislativo y al Poder Ejecutivo a priorizar políticas de movilidad que fortalezcan y modernicen el transporte público formal, en lugar de habilitar esquemas que debiliten su sostenibilidad.

La presidenta de Canatrans concluyó:

Costa Rica necesita una política de movilidad coherente, inclusiva y segura, que promueva la eficiencia, la protección al usuario y el uso racional del espacio vial. Desde Canatrans reiteramos nuestra disposición al diálogo técnico e institucional para construir soluciones innovadoras dentro del marco regulatorio”.