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Farmacéuticos resaltan el reto de la obesidad y la salud mental en las personas adultas mayores.

La población adulta mayor en Costa Rica enfrenta un doble desafío en materia de salud: el aumento sostenido de la obesidad y la creciente incidencia de trastornos de salud mental como la depresión y la ansiedad. Así lo reflejan datos recientes y especialistas que advierten sobre la necesidad de reforzar la atención integral de este sector.

Ante este escenario, el Colegio de Farmacéuticos de Costa Rica subraya la importancia del papel de los farmacéuticos como actores clave en la atención integral de la salud. Desde su posición en farmacias comunitarias, hospitales y clínicas, estos profesionales tienen contacto directo y constante con la población, lo que los convierte en aliados estratégicos para la prevención y el seguimiento de enfermedades en adultos mayores.

El Informe Nacional de Obesidad 2024 reveló que los adultos mayores constituyen la segunda población más afectada por este padecimiento, solo superados por los adultos de mediana edad. Se estima que cerca del 32% de las personas mayores de 65 años en Costa Rica presentan algún grado de obesidad, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y pérdida de movilidad.

A estos problemas físicos se suman los de carácter mental

De acuerdo con estimaciones de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y encuestas internacionales, los índices de depresión y ansiedad en adultos mayores muestran una tendencia creciente, especialmente en quienes enfrentan situaciones de soledad, enfermedades crónicas o limitaciones económicas.

Expertos señalan que la relación entre obesidad y salud mental es bidireccional: mientras el sobrepeso puede generar problemas emocionales, la depresión o ansiedad también influyen en los hábitos alimenticios y en la adherencia a tratamientos médicos.

En este contexto, el Colegio de Farmacéuticos de Costa Rica destacó el papel fundamental de los profesionales en farmacia para acompañar al adulto mayor en la prevención y control de enfermedades crónicas. Los farmacéuticos son un primer punto de contacto en las comunidades, con capacidad para detectar signos de riesgo, orientar sobre el uso adecuado de medicamentos y brindar consejería en hábitos saludables.

 “La mayoría de los adultos mayores suelen visitar las farmacias de comunidad o las de la Seguridad Social para retirar la medicación que le han prescrito los médicos. Es factible mejorar en gran medida la calidad de vida de pacientes de edad avanzada y prolongar su vida mediante un uso racional, efectivo y seguro de los medicamentos y es aquí donde el profesional en Farmacia puede ayudarle a optimizar su tratamiento, específicamente para el manejo del sobrepeso o la obesidad así como para los problemas que afectan la salud mental”, indicó el Dr. Luis Esteban Hernández, farmacéutico y decano de la Facultad de Farmacia de UCR.

Además, el gremio subrayó que los farmacéuticos cumplen un rol educativo al promover la adherencia a tratamientos, vigilar posibles interacciones entre medicamentos y reforzar la importancia de la alimentación balanceada y la actividad física adaptada a cada persona.

Costa Rica atraviesa un proceso de envejecimiento acelerado

 Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), para el año 2050, una de cada cuatro personas tendrá más de 65 años, lo que plantea un reto para el sistema de salud y la seguridad social del país.

En ese escenario, la obesidad y la salud mental se convierten en dos ejes prioritarios para garantizar un envejecimiento digno y activo. La articulación entre la CCSS, el Colegio de Farmacéuticos y otras instancias de salud será clave para enfrentar de manera preventiva estos retos.

“En relación con la salud mental en las personas mayores,  los síntomas depresivos y la ansiedad en la población adulta mayor ocurren con frecuencia y la influencia del medio en el que se encuentra la persona adulta mayor tiene un peso importante. Además, a diferencia de la población joven, las personas adultas mayores admiten con menos frecuencia que tienen algún síntoma depresivo, o se les dificulta reconocer como un problema de salud algún síntoma depresivo, por lo que no consultan sobre ello. Un riesgo que se presenta, y complica identificar los síntomas depresivos, es que se pueden atribuir a procesos propios del envejecimiento y pasar desapercibidos”, aseguró el farmacéutico. 

En conclusión, la obesidad y los problemas de salud mental en el adulto mayor no son batallas aisladas. Requieren un abordaje integral donde los farmacéuticos, desde su rol de educadores y acompañantes de la población, se consolidan como un eslabón fundamental en la cadena de la salud. La visión del Colegio de Farmacéuticos de Costa Rica apunta a fortalecer ese rol, convencido de que la prevención y el cuidado cercano son la mejor receta para enfrentar este desafío.