
Hotel Ara Ambigua Lodge en Sarapiquí es un ejemplo en el país.
El panorama del turismo global está experimentando una transformación profunda. Según el 2024 Sustainable Travel Report, de Booking.com, el 83% de los viajeros a nivel mundial considera que el turismo sostenible es vital, y una parte significativa de ellos, el 66%, expresa el deseo de dejar los destinos en mejores condiciones de las que los encontraron, lo que refleja un interés creciente por las prácticas regenerativas.
Este cambio de mentalidad, impulsado por una mayor conciencia ambiental y social, ha dado origen a una nueva era de viajes: el turismo regenerativo.
Lisbeth Corrales, presidenta del hotel Ara Ambigua Lodge explica que “este enfoque ofrece a los viajeros una conexión más profunda y significativa con los lugares que visitan”.
“Al participar en el turismo regenerativo, los turistas experimentan un bienestar personal que trasciende la simple relajación. Este tipo de viaje fomenta un sentido de propósito y pertenencia, ya que los viajeros se convierten en participantes activos en la creación de un impacto positivo”, agregó Corrales.
Los beneficios para la persona incluyen varias aristas. La primera de ellas es que los viajeros interactúan con las comunidades locales, sus culturas y tradiciones, lo que genera una experiencia más genuina y memorable.
Otro punto es el contacto con la naturaleza y la participación en actividades con propósito reducen el estrés y promueven un sentimiento de paz y satisfacción personal.
Los turistas adquieren una mayor comprensión de los desafíos ambientales y sociales de los destinos, lo que enriquece su perspectiva global.
Finalmente, la visita contribuye a la preservación del ambiente y al desarrollo económico local deja una sensación de haber hecho algo significativo y duradero.
Un enfoque regenerativo en el corazón de Sarapiquí
En este contexto, Costa Rica, un líder mundial en sostenibilidad, se ha convertido en un epicentro para el desarrollo de iniciativas regenerativas. Un ejemplo es el Hotel Ara Ambigua Lodge, ubicado en el corazón del cantón de Sarapiquí, a tan solo hora y media de la capital, un destino conocido por su biodiversidad y riqueza natural.
El hotel se basa en principios de economía circular y un compromiso genuino con la preservación del ecosistema. Además, su operación se centra en la producción local, colaborando estrechamente con agricultores, tour operadores, personas que brindan servicios varios y otros productores de la zona para ofrecer una experiencia auténtica a sus huéspedes, a la vez que se fortalece la economía local.
El Hotel se distingue por su firme compromiso con el turismo sostenible, reflejado en sus certificaciones CST del Instituto Costarricense de Turismo (ICT) y Bandera Azul en la categoría de cambio climático.
Sus iniciativas incluyen el empleo de energía limpia por medio de la instalación de paneles solares para la generación de energía renovable, gestión de residuos, contar con un programa de reciclaje integral y con un centro de acopio abierto a la comunidad.
Asimismo, apoya a la comunidad por medio de la colaboración activa con comités locales y proyectos de desarrollo comunitario.
En el caso de los tour operadores, el hotel trabaja con empresarios locales por medio de alianzas donde el turista puede hacer un tour de bote y conocer la historia que encierran las aguas del río Sarapiquí, hacer un tour de piña o chocolate y conocer como este proceso del que viven familias de la zona, hacer un tour de caballos y apreciar la biodiversidad de la zona.
También, el hotel durante sus años de funcionamiento su planilla la ha conformado en un 90% por colaboradores de la zona, quienes han tenido un empleo estable, con oportunidades de crecimiento profesional en diversas áreas, desde servicios de limpieza y jardinería hasta gastronomía y recepción.
El enfoque regenerativo de Ara Ambigua Lodge demuestra que es posible operar de manera rentable y al mismo tiempo contribuir significativamente al bienestar de un ecosistema y su gente.
Su estancia contribuye en nutrir las comunidades locales, creando un legado que perdura mucho después de su partida.
Corrales señaló que “este modelo de turismo representa el futuro, un camino en el que el viaje se transforma en una fuerza para el bien, beneficiando tanto al viajero como al destino de una manera holística”.