
Diferenciar entre deseos y necesidades es clave para una infancia económicamente saludable.
La educación financiera es un tema que cobra relevancia desde edades tempranas. Según especialistas, los hábitos financieros se forman en la infancia, y enseñar a los niños a valorar el dinero, diferenciar entre necesidades y deseos, además de planificar sus gastos constituye una base sólida para su vida adulta.
Según datos de la Encuesta de Capacidades Financieras de la Oficina del Consumidor Financiero (OCF) de 2023, solamente el 36% de adultos tienen un conocimiento financiero adecuado, lo que evidencia la necesidad de recibir educación financiera desde pequeños.
Y hay más datos de esta encuesta que respaldan la afirmación de que si en la niñez no hay educación financiera, los riesgos de sobreendeudamiento en la etapa de adultez se disparan:
- 9 de cada 10 costarricenses tienen al menos una deuda.
- El ingreso destinado a deudas era del 38 % en 2023.
- Las personas en nivel crítico de endeudamiento (33–37,5 % del ingreso) crecieron de 5 % a 20 %.
- Los préstamos con familiares/amigos subieron de 33 % a 47 %.
- Los préstamos con prestamistas informales (“gota a gota”) aumentaron de 15 % a 25 %.
- Un 7 % de la población (221 mil personas) usó “gota a gota”, con un estimado de ₡44.000 millones prestados.
- Un 33 % tiene tarjeta de crédito, pero no la usa.
Debido a lo anterior, la familia juega un papel central en este proceso. Los niños aprenden observando la relación de sus padres con el dinero y cómo lo administran. Por ello, enseñar con el ejemplo, hablar abiertamente sobre finanzas y acompañarlos en su aprendizaje con herramientas prácticas, como la mesada, resulta esencial para fomentar responsabilidad y disciplina financiera.
“La educación financiera no debe esperar hasta la adultez. Cuando los niños aprenden desde pequeños a planificar, ahorrar y tomar decisiones conscientes sobre su dinero, están construyendo habilidades que los acompañarán toda la vida y les darán confianza para enfrentar retos financieros en el futuro y así tendrán mejor calidad de vida, si no tomamos medidas los riesgos se incrementan”, mencionó Cindy Rivera, gerente de Inclusión Financiera de Coopenae-Wink.
El poder de una mesada en la infancia
El impacto de introducir conceptos financieros desde la infancia es duradero. Un niño que aprende a ahorrar y administrar su dinero desarrolla mayor control, seguridad y responsabilidad financiera, habilidades que disminuyen el riesgo de problemas de endeudamiento en la adultez.
Una de las herramientas más efectivas es la mesada, que permite a los niños practicar la gestión de recursos de manera controlada. Para que funcione como aprendizaje, es importante establecer las siguientes reglas claras:
- Establecer un monto fijo: entregar siempre la misma cantidad enseña constancia y permite planificar.
- Explicar el propósito: hacer entender que la mesada no es un regalo, sino una herramienta de aprendizaje sobre dinero.
- Dividir el dinero en categorías: por ejemplo: ahorro, gasto personal y compartir/donar, para aprender organización y balance.
- Fomentar el ahorro: incentivar a reservar una parte para metas a corto o mediano plazo, enseñando paciencia y planificación.
- Permitir decisiones y consecuencias: dejar que el niño decida en qué gastar su mesada y experimentar las consecuencias de sus elecciones.
- Diferenciar deseos y necesidades: preguntar “¿Esto lo necesita o lo desea?” ayuda a desarrollar criterio financiero.
- Establecer objetivos de ahorro: motivar a ahorrar para algo que realmente quieran, fortaleciendo la gratificación diferida.
- Incorporar herramientas digitales (si es posible): plataformas de sobres de ahorro o apps de finanzas para niños ayudan a visualizar su progreso.
- Reforzar hábitos positivos: premiar constancia y decisiones responsables con reconocimiento, no necesariamente con más dinero.
“La mesada es mucho más que un dinero que reciben los niños. Es una oportunidad para que experimenten con responsabilidad, aprendan a organizar sus recursos y valoren el esfuerzo que implica alcanzar una meta. Con guía y acompañamiento, esta práctica se convierte en una herramienta poderosa de aprendizaje”, añadió Rivera.
Coopenae-Wink impulsa diversas iniciativas para apoyar la educación financiera desde temprana edad. La cooperativa ofrece programas, charlas y materiales educativos dirigidos a adultos, con el objetivo de que el mensaje correcto llegue también a los niños y jóvenes. Estas acciones buscan fortalecer la importancia del ahorro, la planificación y la administración responsable del dinero, dentro de un ambiente cercano y cooperativo.
Para los padres que aún no implementan la mesada, se recomienda comenzar con montos pequeños y mantener constancia en su entrega. Asimismo, es fundamental acompañar a los niños para que aprendan a diferenciar entre deseos y necesidades, utilizando ejemplos cotidianos y fomentando la reflexión.
Finalmente, Rivera destaca la importancia del diálogo y acompañamiento constante. Ceder siempre a los deseos puede generar falta de límites y poca tolerancia a la frustración. En cambio, enseñar a planificar y ahorrar, y transformar la frustración en motivación, desarrolla resiliencia y prepara a los niños para enfrentar con responsabilidad los desafíos financieros de la vida adulta.