
A medida que crece el interés por conciertos y eventos internacionales en el país, también se dispara la compra automatizada de boletos y su posterior reventa en plataformas no oficiales.
Las nuevas tecnologías han transformado el comercio y facilitado el acceso a bienes y servicios. Sin embargo, también han sido aprovechadas por actores que utilizan bots para acaparar oportunidades, excluir a las personas del proceso de compra y crear una falsa sensación de escasez.
Un ejemplo de esta problemática se evidenció recientemente en eventos de alta demanda, las entradas se agotan en minutos, muchas de estas compras son generadas por bots que buscaban acaparar boletos para reventa mientras que, casi de inmediato, aparecen ofertas de estos tickets en redes sociales con precios duplicados o triplicados. Muchos usuarios denuncian perfiles anónimos, nulas garantías y un acceso desigual a la cultura y el entretenimiento.
Este fenómeno no se limita al entretenimiento: en algunos lugares, los bots han hecho casi imposible conseguir una cita para obtener un pasaporte o presentar un examen de conducción. Y el auge de agentes de inteligencia artificial aún más sofisticados agrava esta situación, lo que significa que el acceso a bienes y servicios será cada vez más difícil para quienes no cuentan con los recursos financieros o tecnológicos necesarios para competir contra estas máquinas.
La innovación tecnológica sin una regulación adecuada y sin protecciones para los consumidores erosiona la confianza en los mercados. Cuando estos mecanismos fallan, los ciudadanos quedan desamparados y sin acceso a servicios esenciales
La solución: solo personas reales en servicios en línea
Para enfrentar esta creciente reto digital, ya existe una solución: World ID, una tecnología basada en el principio de prueba de humanidad. World ID permite a las personas demostrar de forma anónima y segura que son humanos reales y únicos en línea, sin necesidad de compartir información sensible o identificaciones oficiales.
Esta herramienta podría integrarse en plataformas de venta de entradas, portales o sitios de reservas, evitando así que los bots acaparen boletos o bloqueen citas.
A diferencia de las cuentas de correo electrónico, que pueden ser creadas o falsificadas en masa, cada ser humano solo puede obtener un World ID verificado, asegurando que una misma persona no pueda comprar múltiples boletos para reventa ni reservar varias citas de manera abusiva.
Al incorporar World ID en los procesos digitales, no solo se elimina la ventaja de los bots, sino que también se restaura la equidad en el acceso a bienes y servicios. La tecnología puede ser una herramienta poderosa para mejorar la vida de las personas, siempre que se use para garantizar un sistema más justo y accesible para todos.
Implementar World ID permite:
- Acceso más justo a los servicios: Las personas pueden reservar citas sin intermediarios que exploten el sistema.
- Reducción de la explotación del consumidor: Los boletos para conciertos, eventos deportivos y culturales permanecen accesibles a su precio original.
- Una solución escalable y resistente a la IA: World ID ofrece un enfoque más robusto y centrado en la persona para la autenticación de humanidad.
Con World ID, las personas obtienen un acceso justo a los servicios, los consumidores experimentan menos fricción, y los proveedores de servicios obtienen personas reales.