
El Dr. Luigi Gratton explica por qué el metabolismo es mucho más que quemar calorías y cómo tres simples cambios pueden aumentar su energía, regular hormonas y mejorar su salud de forma duradera.
Cuando la mayoría de las personas escucha la palabra “metabolismo”, suele pensar automáticamente en quemar calorías o bajar de peso. Sin embargo, el metabolismo es mucho más que eso: es el conjunto de reacciones y procesos que ocurren en el cuerpo que permiten transformar los alimentos en energía y materiales para mantener las funciones vitales.
“Como médico que orienta a personas de todo el mundo en la creación de estilos de vida más saludables, siempre destaco la importancia de realizar cambios simples y constantes que contribuyan al bienestar a largo plazo”, señala el Dr. Luigi Gratton, vicepresidente del departamento de Salud y Bienestar de Herbalife.
Según el especialista, las rutinas modernas —llenas de estrés, alimentos con calorías vacías y poca actividad física— pueden desajustar el metabolismo. “El estrés crónico eleva el cortisol y favorece el almacenamiento de grasa; los alimentos con exceso de azúcares y pocos nutrientes afectan el apetito, la salud intestinal y la sensibilidad a la insulina; y pasar muchas horas sentado reduce la actividad muscular, enlentece el metabolismo y provoca desequilibrios energéticos”, explica
La buena noticia es que incluso pequeños cambios en los hábitos diarios —como mejorar la alimentación, moverse con regularidad y priorizar un buen descanso— pueden generar un gran impacto. Según Gratton, estas acciones ayudan a restaurar la flexibilidad metabólica y promover el bienestar a largo plazo, y la ciencia confirma que esfuerzos modestos influyen de forma profunda en la salud actual y futura.
A continuación, tres cambios fundamentales que, según el doctor, pueden contribuir a mejorar el funcionamiento del metabolismo:
- Un plato equilibrado
La alimentación influye directamente en procesos clave del metabolismo, como el control de la glucosa, la metabolización de grasas, la salud intestinal, la regulación hormonal y los niveles de inflamación.
El consumo de proteínas magras colabora en el mantenimiento y desarrollo de la masa muscular, lo cual ayuda a aumentar la tasa metabólica en reposo. Alimentos ricos en fibras y nutrientes favorecen la saciedad, la salud intestinal y el equilibrio del azúcar en sangre. Algunas sustancias botánicas también pueden aportar beneficios al metabolismo, como los polifenoles presentes en frutas cítricas (naranja, limón, pomelo) y la capsaicina, que se encuentra en los pimientos picantes y morrones.
Comer de forma equilibrada no significa hacerlo todo perfecto ni restringirse en exceso. Se trata de hacer elecciones consistentes de alimentos nutritivos que sostengan los sistemas que impulsan el metabolismo.
- Más movimiento en la rutina diaria
La actividad física ayuda a regular el uso de la glucosa y la energía, mejora la sensibilidad a la insulina y contribuye al mantenimiento de la masa muscular, un elemento esencial para que el metabolismo funcione bien. Contar con una rutina diaria de ejercicios, incluso caminatas enérgicas, puede aportar beneficios duraderos. Cuanto más nos movemos hoy, más protegida estará nuestra capacidad de seguir activos en el futuro. Cada paso suma a favor del metabolismo.
- Descanso y recuperación de calidad
El sueño y la recuperación suelen pasarse por alto, pero son fundamentales para regular los procesos metabólicos del cuerpo. Durante el sueño, el organismo se encarga de restaurar funciones metabólicas importantes que influyen en el peso, la energía y el apetito. Dormir bien mejora la sensibilidad a la insulina, ayuda a regular las hormonas del hambre, como la leptina, que señala saciedad, y la grelina, que estimula el apetito, y reduce el cortisol, la hormona del estrés que puede alterar el metabolismo.
Hábitos simples como reducir el uso de pantallas antes de dormir, mantener horarios regulares de sueño, dormir entre 7 y 9 horas seguidas y adoptar rutinas nocturnas relajantes pueden mejorar la calidad del descanso y fortalecer la resiliencia metabólica.
Adoptar estos cambios de forma constante no solo impulsa el buen funcionamiento del metabolismo, sino que también favorece un estado de salud integral. Con hábitos sencillos y sostenibles, es posible mejorar la energía, optimizar la composición corporal y fortalecer el bienestar a largo plazo.