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Con cada venta, Granja Roblealto financia programas sociales de la Asociación Roblealto que benefician a más de 900 personas menores de edad y sus familias diariamente.

Con una visión que combina excelencia productiva y compromiso social, Granja Roblealto anunció la reanudación de sus exportaciones a Panamá, un mercado al que vuelve después de más de una década de ausencia.

La operación forma parte de su estrategia de crecimiento regional, que ya incluye exportaciones a Nicaragua y Honduras, y representa una oportunidad para incrementar sus exportaciones.

El retorno a Panamá responde a un análisis de mercado que identificó oportunidades en genética de postura, especialmente en la línea de postura blanca Dekalb White, prácticamente inexistente en el país vecino, donde el consumo de huevo blanco apenas alcanza el 1%. A esta línea se sumarán la postura marrón Isa Brown y el pollito rústico Sasso, con la meta de alcanzar una participación de mercado del 8% en el primer año, 15% en el segundo y 20% en el tercero.

El gerente de Ventas Técnicas de Granja Roblealto, Gregorio Rodríguez Quintero, explicó:

Este paso significa crecimiento para Granja Roblealto, pero también para nuestra misión social. Cada venta nos permite continuar apoyando a cientos de niños y familias en condición de vulnerabilidad en Costa Rica”.

Una propuesta de valor centrada en la comercialización y suplencia de la mejor genética avícola con seguridad en el abastecimiento

Granja Roblealto compite en la región con un diferencial claro: alta calidad genética, soporte técnico especializado y seguridad en el abastecimiento. Su equipo de expertos acompaña a los clientes para maximizar el potencial de cada línea genética.

Si bien los costos de producción en Costa Rica implican un sobreprecio frente a otros competidores de la región, la empresa apuesta por la innovación tecnológica, con inversiones superiores a $500.000 en modernización de incubadoras y la adquisición de nuevos vehículos para transporte especializado que garantice la calidad de productos altamente perecederos.

“Nuestro producto debe llegar al destino en menos de 36 horas. Esto implica una logística impecable y la capacidad de mantener temperatura, ventilación, humedad y oxigenación óptimas durante todo el trayecto”, detalló Rodríguez.

Impacto social: negocio que sostiene una misión

Los ingresos de Granja Roblealto son un pilar para la Asociación Roblealto Pro Bienestar del Niño, organización con 93 años de trayectoria dedicada a la atención integral de niños, niñas, adolescentes y sus familias en condición de vulnerabilidad.

Actualmente, la Asociación atiende diariamente a más de 900 personas menores de edad y sus familias, a través de 1 programa de residencia temporal, 4 programas de cuido diurno, 1 programa especializado para adolescentes, una escuela acreditada por el MEP y un complejo productivo de autogestión.

Rodríguez añadió:

Cada pollita, cada pollito, cada cliente que confía en Granja Roblealto está, sin saberlo, contribuyendo a cambiar la vida de cientos de niños y jóvenes en nuestro país”.

Retos y proyección regional

La empresa posee desafíos como las barreras logísticas, la vulnerabilidad sanitaria ante enfermedades avícolas y los riesgos políticos en la región, para mitigarlos, trabaja en la diversificación de mercados como Panamá, Costa Rica, Nicaragua y Honduras.

El consumo de proteína avícola en Centroamérica crece a tasas cercanas al 5% anual, con Panamá liderando en pollo (55 kg per cápita) y un alza sostenida en consumo de huevo.

Granja Roblealto proyecta aprovechar esta tendencia para consolidar su presencia regional y aumentar el porcentaje de exportaciones hasta representar el 60% de sus ventas técnicas en el mediano plazo.