
El tipo de cambio y la creciente competencia regional elevan el riesgo de pérdida de competitividad de Costa Rica como polo de inversión extranjera directa.
La reciente decisión de Estados Unidos de incrementar los aranceles a 69 países, incluido Costa Rica, marca un nuevo punto de inflexión no solo para la política comercial nacional, sino también para el entorno económico en el que los inversionistas y tomadores de decisión deben moverse con estrategia e información clara.
La medida, impulsada por la administración Trump tras una pausa arancelaria de 90 días, eleva el arancel aplicado a las exportaciones costarricenses del 10% al 15%, lo que intensifica la presión sobre los sectores productivos que exportan desde nuestro país. Esto genera un entorno menos favorable para la competitividad nacional, especialmente en el régimen definitivo, donde se concentra la mayor parte de la producción local y ejerce una presión adicional sobre el tipo de cambio. Según el Grupo Financiero Mercado de Valores, estas condiciones no deben verse únicamente desde una óptica macroeconómica, sino también desde su efecto directo en los portafolios de inversión, la planificación financiera y la toma de decisiones patrimoniales.
El Líder de Inversiones del Grupo Financiero Mercado de Valores, Mauricio Moya, explicó:
El régimen definitivo muestra señales de estancamiento, mientras que el régimen especial, aunque sólido, no es inmune a riesgos de relocalización. En ambos casos, los cambios afectan las decisiones de inversión tanto de empresas como de personas que buscan proteger y hacer crecer su patrimonio”.
A este panorama se suma el comportamiento del tipo de cambio, que ha oscilado entre ¢505 y ¢515 por dólar. Este año ha existido un comportamiento más estable, pero al compararse a periodos previos a 2022, su tendencia ha afectado los márgenes de ganancia de los exportadores y genera presiones sobre las decisiones de cobertura, manejo de divisas y balances en dólares, variables clave para inversionistas, empresarios y gestores patrimoniales.
Algunos países de la región podrían beneficiarse de condiciones arancelarias más favorables, lo que incrementaría su atractivo como destino para nuevas inversiones o como alternativa para la relocalización de operaciones que actualmente se ubican en Costa Rica.
Moya añadió:
En el tema de competitividad convergen varios factores: la capacitación del talento humano, el diferencial arancelario entre países competidores, y el esquema productivo de otras geografías. Esto determina si los empresarios decidan mantener, traer o llevarse inversión extranjera directa, y eso dependerá de la industria e incluso del producto específico".
La reactivación de medidas proteccionistas por parte de Estados Unidos también debe entenderse dentro de un contexto fiscal más amplio. La aprobación del paquete “One Big Beautiful Bill Act”, que consolida recortes de impuestos y reduce programas sociales, podría llevar el déficit fiscal estadounidense hasta un 7% del PIB. Ya en lo que va del año, los ingresos por aranceles superan los $87.000 millones, por encima de los $79.000 millones de todo 2024.
De acuerdo con Mercado de Valores, Costa Rica, al no haber alcanzado un acuerdo con Estados Unidos para evitar el aumento de sus aranceles, debe enfocarse en cinco prioridades estratégicas:
- Fortalecer el régimen definitivo, tanto en su estructura como en sus incentivos.
- Consolidar la estabilidad macroeconómica como base para el crecimiento exportador.
- Diversificar mercados y líneas de productos para reducir vulnerabilidades externas.
- Promover políticas públicas activas que potencien el talento humano como ventaja competitiva.
- Reforzar el atractivo de Costa Rica como destino de inversión frente a la competencia regional.
La nueva ola proteccionista no representa únicamente un reto comercial; también pone a prueba la capacidad de adaptación de la economía costarricense. La combinación de factores internos, como el tipo de cambio y la concentración en pocos productos, con decisiones externas como el aumento de aranceles, también plantea la necesidad de que los inversionistas actúen de manera informada y estratégica en contextos de incertidumbre.
Algunos inversionistas empiezan a sentir alguna aprehensión o un sentimiento de “miedo” ante una posible pérdida financiera en su patrimonio. Por ello, es importante recordar que en materia de finanzas y gestión de portafolios hay dos consejos que han probado a lo largo del tiempo ser fundamentales: disciplina y paciencia.
- La disciplina es el definir y mantener una estrategia en el tiempo, en donde se evalúan las situaciones no en función del rendimiento, sino del objetivo de inversión – el para qué invierto.
- La paciencia implica saber que los resultados no se obtienen en un día o pocos meses, las estrategias se definen para un horizonte de tiempo, el cual se alinea al objetivo de inversión. Juzgar el resultado de un portafolio sin dejar “madurar” la estrategia nos puede llevar a tomar decisiones precipitadas, y por ende a tener pérdidas innecesarias.
En Mercado de Valores contamos con más de 49 años de experiencia acompañando a los costarricenses en la gestión de su patrimonio. Durante este recorrido, hemos atravesado múltiples ciclos económicos, enfrentando desafíos y aprovechando oportunidades. A lo largo de este tiempo, nos hemos distinguido por brindar información clave, estar cerca de nuestros clientes y tomar decisiones estratégicas alineadas con sus metas y objetivos.
Hoy, más que nunca, invertir con visión y respaldo es fundamental para avanzar con firmeza en un entorno cambiante y retador.