
Se están realizando alianzas para llevar terapias a hospitales del país.
La relación entre las personas y los perros va mucho más allá de la compañía: tiene un impacto directo y positivo en la salud mental, emocional y física. Así lo respaldan numerosos estudios internacionales y experiencias clínicas que demuestran cómo el contacto con perros puede reducir la ansiedad, fortalecer el sistema inmune y mejorar la calidad de vida en distintas etapas de la vida.
Interactuar con un perro, acariciarlo, jugar, pasear o simplemente compartir espacio, estimula la liberación de neurotransmisores clave como la oxitocina, conocida como “la hormona del amor”, que incrementa la confianza, el apego y la sensación de seguridad.
A su vez, la serotonina y la dopamina favorecen el buen estado de ánimo, regulan el sueño y la motivación, y actúan como moduladores frente al estrés o la tristeza. Las endorfinas, por su parte, operan como analgésicos naturales, aliviando el dolor físico y emocional. Todo esto se traduce en una disminución real de los niveles de cortisol, la hormona del estrés, que al mantenerse controlada beneficia el sistema cardiovascular y el sistema inmunológico.
En términos físicos, los beneficios son igualmente evidentes: las personas que conviven con perros realizan más actividad física diaria, tienen menor presión arterial, niveles más bajos de colesterol y mejor calidad del sueño. En personas adultas mayores, tener un perro ha mostrado efectos positivos en la prevención del sedentarismo, la obesidad, la hipertensión y el aislamiento social. En niños, la convivencia con perros en el hogar se asocia con menos episodios de infecciones respiratorias y otitis, la cual es infección del oído.
Un enfoque innovador para la salud emocional
La Terapia Asistida con Animales (TAA) es una modalidad terapéutica respaldada por la ciencia, en la que un perro adiestrado participa activamente en sesiones guiadas por profesionales de la salud o la educación. Este enfoque se ha implementado en contextos tan diversos como procesos de duelo, tratamiento de la ansiedad y la depresión, rehabilitación física, y acompañamiento a personas con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
“La terapia asistida con mascotas es una excelente alternativa para dar bienestar, además de apoyar a las personas en sus terapias o en sus recuperaciones físicas. También son una gran ayuda para mejorar la salud mental de cada uno sus pacientes y familiares”, mencionó Gustavo Ulloa, jefe de Sostenibilidad de Coopenae-Wink.
En Costa Rica, Acoteama es una organización pionera en este campo. Su modelo se basa en altos estándares de ética, seguridad y efectividad. Los perros de terapia no solo reciben entrenamiento especializado, sino que son cuidadosamente seleccionados por su temperamento, sociabilidad y capacidad de generar vínculos afectivos saludables. Estos animales trabajan bajo la guía de profesionales con formación en psicología, educación especial y salud, lo que garantiza una experiencia segura tanto para el paciente como para el perro.
Compromiso conjunto
En un contexto donde los desafíos emocionales se han intensificado, especialmente tras la pandemia, la promoción de la salud mental requiere enfoques preventivos, empáticos e integradores. Es en este marco que Coopenae-Wink, comprometida con el bienestar integral de las personas, unió esfuerzos con Acoteama para desarrollar y apoyar iniciativas centradas en el vínculo humano-animal como herramienta terapéutica.
Como parte de esta colaboración, ambas organizaciones impulsan el programa “Amor sin Fronteras”, una propuesta que busca crear espacios de interacción entre personas y perros de terapia para fomentar la regulación emocional, el sentido de pertenencia y el acompañamiento en situaciones sensibles.
“Nuestro programa en conjunto tiene como objetivo generar bienestar en esas personas que requieren algún tipo de asistencia. Está comprobado científicamente que el contacto con animales baja los niveles de estrés y genera una recuperación más efectiva en pacientes hospitalizados o que están recibiendo alguna terapia física”, añadió Ulloa.
Las actividades se han llevado a cabo en comunidades, organizaciones, centros educativos y espacios públicos, con resultados positivos en términos de bienestar emocional, disminución de estrés y fortalecimiento en el entorno social.
Además, conscientes del potencial de esta herramienta en entornos clínicos, Coopenae-Wink se encuentra en proceso de establecer alianzas con hospitales del país para llevar el programa a más centros de salud, con el objetivo de acompañar emocionalmente a pacientes, familiares y personal médico en momentos críticos.
Amor sin Fronteras es un esfuerzo por humanizar la atención, recordar el poder del afecto y el cuidado, y abrir nuevas rutas hacia una salud más integral, empática y cercana.