Compras por impulso, regalos excesivamente costosos en fechas como el Día de la Madre y ansiedad, son algunos de los detonantes emocionales que pueden influir en la relación que se tiene con el dinero.

Las emociones indiscutiblemente influyen en las decisiones financieras y en la relación que se establece con el dinero. Fechas como el Día de la Madre, estados de ánimo como ansiedad, estrés, tristeza o aburrimiento, son algunos de los detonantes que inciden en cómo gastan su dinero las personas. 

Tomar decisiones desde el corazón, es decir desde las emociones, sin involucrar el pensamiento racional es una de las principales razones por las cuales se generan muchas situaciones de manejo inadecuado de las finanzas y el sobreendeudamiento. 

Es inevitable que las emociones estén de primero y que estén presentes. El problema es que cuando no las llevamos a la parte racional tomamos decisiones únicamente por la emoción y esto en temas financieros se traduce en gastar más de lo que tenemos y comprar cosas que no necesitamos. Por eso es tan importante aprender a separar, para que las decisiones no sean 100% emocionales”, comenta Jorge Solís, asesor y coach de finanzas y emprendimiento.

Un ejemplo de que una persona podría estarse dejando llevar precipitadamente por las emociones al comprar, son los remordimientos constantes tras una compra y experimentar una sensación de ansiedad financiera cuando se llega a fin de mes y es momento de pagar lo adeudado.

Por su parte, la vicepresidenta de Relaciones Corporativas de BAC, Laura Moreno, detalló:

Cultivar la inteligencia emocional y financiera no solo mejora nuestra relación con el dinero, sino también con nosotros mismos. Por eso, desde BAC incentivamos a nuestra clientela y personas colaboradoras a llevar unas finanzas saludables, con iniciativas como nuestro programa Finanzas Positivas, a través del cual el banco imparte capacitaciones, los talleres, asesorías 1 a 1, entre otros. También creamos la plataforma en la web finanzaspositivas.com en la que podrán encontrar contenido dirigido a personas, empresas y familias”.

Finanzas y emociones en equilibrio

La inteligencia emocional es la capacidad para identificar nuestras propias emociones y la de los demás, permitiéndonos relacionarnos adecuadamente. De esta se deriva también la inteligencia emocional financiera, que es la capacidad de relacionarnos sanamente con las emociones, ideas y todo lo que sucede alrededor del entorno financiero, de manera que no vaya a perjudicar.

Solís indica que la inteligencia financiera se desarrolla con el tiempo y las buenas prácticas. Entre estas buenas prácticas, el experto enumera las siguientes:

  1. Pregúntese siempre si la decisión que está a punto de tomar es una decisión emocional o racional.
  2. Haga una pausa antes de comprar o tomar una decisión financiera. Lo aconsejable es un mínimo de 24 horas e, incluso, un mes para determinar con exactitud que no se esté tomando una decisión de compra por impulso.
  3. En épocas de celebraciones, como el Día de la Madre, es importante controlar las emociones al comprar, comprendiendo que el amor no se refleja necesariamente en obsequios materiales o aquellos que sean costosos. 
  4. Identifique siempre el detonante emocional que lo lleva a realizar una compra. Por ejemplo: aburrimiento, tristeza, emoción, entre otros.
  5. Lleve un registro de sus compras y decisiones. Esto puede ayudarle a detectar patrones y mejorar el autocontrol. 
  6. Educarse financieramente. Leer sobre finanzas personales, asistir a talleres o consultar a un asesor financiero puede dotarle de herramientas valiosas para tomar mejores decisiones. 

Desde BAC invitan a las personas a conocer más sobre cómo mantener unas finanzas saludables, a través de este sitio web.