
El Observatorio de la Educación propone rutinas y actividades que estimulan el aprendizaje y el bienestar emocional desde casa.
Con el inicio del receso escolar, muchas familias se enfrentan al desafío de mantener a niñas y niños ocupados de forma constructiva mientras los adultos continúan con sus jornadas laborales. Ante esta realidad, el Observatorio de la Educación de la Universidad Americana (UAM) presentó seis recomendaciones prácticas para aprovechar el tiempo libre con actividades que promuevan el desarrollo integral infantil.
Desde la UAM se destaca que las vacaciones no deben asumirse como una pausa total en los procesos de aprendizaje. Por el contrario, pueden ser una oportunidad para reforzar habilidades como la autonomía, la autorregulación emocional y la creatividad. A continuación, los seis consejos:
- Establecer una rutina estructurada: Un cronograma diario o semanal aporta seguridad emocional. Tareas simples como tender la cama o cuidar plantas fortalecen la responsabilidad, en línea con los postulados de Jean Piaget.
- Controlar el tiempo frente a pantallas: El uso excesivo puede generar trastornos del sueño e irritabilidad. La OMS recomienda no superar las dos horas diarias y evitar el uso de pantallas antes de dormir.
- Reforzar la autonomía con tareas sencillas: Escoger su ropa o ayudar en la cocina mejora la autoestima y fortalece vínculos con los adultos.
- Fomentar la creatividad y la imaginación: Manualidades, escritura o juegos de roles ayudan a procesar emociones y ampliar la visión del mundo. Para Lev Vygotsky, la creatividad es clave en el desarrollo infantil.
- Involucrarlos en actividades comunitarias: Talleres, proyectos religiosos o voluntariados permiten adquirir valores como la cooperación y la solidaridad. Muchas de estas actividades se ofrecen de forma gratuita en comunidades.
- Promover la lectura diaria: Leer entre 5 y 10 páginas al día fortalece el desarrollo cognitivo y emocional. Karla Calvo, directora de la Escuela de Educación de la UAM, recomienda dejar que los niños elijan libros según sus intereses y conversar sobre las historias en familia.
“Las vacaciones no tienen por qué ser sinónimo de desorden o aburrimiento. Con una buena guía desde el hogar, pueden convertirse en una etapa de crecimiento, conexión y aprendizaje significativo”, señala el informe del Observatorio.