En colaboración con:
Colaboración con agencia

La deserción escolar es más que un número frío, es la historia de un menor que pierde la oportunidad de aprender, crecer y soñar con un futuro mejor.

En Costa Rica, más de 23.000 mil menores no terminaron el curso lectivo durante el 2024, lo que corresponde al 2.1% de la matricula registrada ese año. Este fenómeno de deserción escolar puede ocurrir en cualquier momento del periodo escolar, pero adquiere más preocupación cuando el curso lectivo llega a su mitad, tras las vacaciones de medio periodo, impactando especialmente a las comunidades vulnerables.

Catalina Chaves, psicóloga y directora de la Fundación Casa de los Niños, quien trabaja con 300 niños y niñas de Tirases de Curridabat, asegura que la deserción escolar es más que un número frío, es la historia de un niño o niña que pierde la oportunidad de aprender, crecer y soñar con un futuro mejor.

“Este fenómeno de la exclusión se da más en los centros educativos públicos, que en los privados; donde existe mayor presión económica de la familia y donde esa misma situación sicosocial o emocional hace que los padres no quieran lidiar con un hijo que no muestra interés de estudiar, en un ambiente donde tampoco existe la cultura del estudio”, explicó Chaves. 

Las principales causas por las que un menor interrumpe su periodo escolar son:

  1. Desconexión emocional y académica
    Muchos niños y jóvenes regresan de vacaciones sintiéndose desconectados del aprendizaje. Algunos tienen dificultades en sus estudios, no se sienten parte de su grupo o piensan que no son “buenos para estudiar”. Esa sensación de fracaso o desinterés puede llevarlos a abandonar poco a poco el sistema educativo.
  2. Dificultades económicas y familiares
    Las condiciones de pobreza, la falta de recursos o situaciones familiares complicadas pueden hacer que la escuela pase a un segundo plano. En ocasiones, los adolescentes sienten la presión de trabajar o ayudar en casa, o se enfrentan a entornos donde no se valora la continuidad educativa.
  3. Escuelas sin estrategias de reenganche
    A veces, las instituciones educativas no cuentan con espacios o metodologías para motivar a los estudiantes que regresan de un receso. Si un estudiante no se siente acogido, escuchado o valorado, es más probable que abandone silenciosamente.

De acuerdo con la directora de Casa de los Niños, el abandono del curso lectivo se puede evitar, teniendo en cuenta que la permanencia escolar es una responsabilidad compartida entre la familia, la escuela y la comunidad; por lo que recomienda a las familias:

  • Hablar en casa sobre la importancia de la educación: incluso en vacaciones, recuerden a sus hijos por qué es importante seguir estudiando.
  • Detectar señales de desinterés o tristeza: si un niño o joven dice que no quiere volver a clases o muestra cambios de ánimo, busquen apoyo pronto.
  • Acompañarlos en el regreso a clases: retomen horarios, ayuden con la organización de materiales, y mantengan una comunicación cercana con los docentes.

En cuanto a los docentes, es muy importante que estos den la bienvenida a los estudiantes con calidez y motivación para marcar la diferencia. Además, por la cercanía que tienen con los menores, pueden identificar si están en riesgo y activar los apoyos necesarios, incluyendo visitas domiciliarias o tutorías; así como involucrar a las familias como aliadas en la permanencia escolar.

Chaves subrayó que si los padres notan que el menor expresa rechazo o miedo a regresar a la escuela, es importante escucharlo con calma, sin juzgarlo, y preguntarle cómo se siente y qué le preocupa. 

“También es importante que los padres o encargados del menor hablen con el docente o centro educativo para entender mejor la situación. Buscar apoyo en organizaciones como Casa de los Niños o en programas sociales de su comunidad. Hay que recordar que cada día en la escuela es una inversión en el futuro. Su acompañamiento puede ser la diferencia entre un abandono y una oportunidad”, explicó Chaves.

De acuerdo con el Instituto Costarricense de Estadística y Censos, el porcentaje de hogares en situación pobreza durante el 2024 equivale a más de 327 mil y en estas condiciones un niño tiene muy pocas oportunidades para mejorar su fututo.

“En Casa de los Niños, estamos comprometidos en no dejar a ningún niño o niña atrás. Trabajamos todos los días para que los 300 niños, niñas y adolescentes de Tirases tengan las herramientas, el acompañamiento y el apoyo necesario para permanecer en el sistema educativo y construir un mejor futuro para ellos y sus familias. La educación necesita de todos", puntualizó Chaves.