
La prevención de las zoonosis es clave para garantizar la seguridad alimentaria y la salud pública.
Las enfermedades que se transmiten de los animales a las personas, conocidas como zoonosis, representan uno de los principales desafíos para la salud pública global. En los sistemas de producción animal, su prevención es clave para garantizar el bienestar de los animales, la seguridad alimentaria y la salud de las comunidades.
Según la OMSA, más del 60% de los patógenos que causan enfermedades humanas tienen origen en animales domésticos o vida silvestre, y muchas de estas enfermedades emergentes están asociadas con sistemas de producción intensiva o con el manejo inadecuado de animales de granja.
Entre las zoonosis más frecuentes asociadas a la producción pecuaria se encuentran la brucelosis, la tuberculosis bovina, la rabia, la leptospirosis y algunas infecciones bacterianas como la salmonelosis y la campilobacteriosis. Estas enfermedades pueden transmitirse a través del contacto directo con animales infectados, el consumo de productos de origen animal mal manipulados o la exposición a ambientes contaminados.
“Cuando hablamos de zoonosis no solo hablamos de salud animal. Hablamos de la salud de los productores, de las familias que conviven con mascotas y también de los consumidores. Prevenirlas es un esfuerzo conjunto que empieza desde el origen, a través de acciones como la revisión constante de los animales por los médicos veterinarios, la vacunación o la desparasitación interna y externa con tratamientos innovadores", afirmó Gustavo Moraes, director general de MSD Animal Health en América Central, Caribe y Ecuador (CENCA EC).
Coordinación para el control efectivo
El avance en tecnologías para el monitoreo de la salud animal, junto con el fortalecimiento de programas de vacunación, ha permitido reducir el impacto de muchas de estas enfermedades en diversas regiones. Sin embargo, aún persisten brechas donde el acceso a servicios veterinarios es limitado y la capacitación técnica puede ser insuficiente. La educación continua y el acompañamiento técnico a los productores son fundamentales para cerrar esas brechas y lograr un control efectivo.
Prevenir y controlar las zoonosis requiere colaboración entre productores, médicos veterinarios, productores, técnicos agrícolas, autoridades sanitarias y comunidades. El enfoque One Health, adoptado por organismos internacionales y por MSD Animal Health, promueve esta articulación intersectorial y reconoce que la salud humana, animal y ambiental están profundamente conectadas.
“Invertir en salud animal es una inversión en salud pública. Un manejo sanitario adecuado permite reducir el uso innecesario de antibióticos, mejorar la productividad y minimizar los riesgos de transmisión", concluyó Moraes.
Además de la prevención, es fundamental fortalecer la trazabilidad, la vigilancia epidemiológica y las buenas prácticas de manejo a lo largo de toda la cadena productiva. Esto implica mejorar los controles sanitarios, asegurar condiciones adecuadas en los centros de procesamiento, y promover prácticas responsables entre todos los actores del sector. Proteger la salud animal es protegernos a todos: desde quienes trabajan con los animales de producción, quienes consumen los productos finales en sus hogares y quienes conviven con animales de compañía.