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Estudio releva que, entre 2012 y 2016, la tasa acumulada de cáncer relacionado con el VPH en hombres, pasó de 8,6 a 55,5 casos por cada 100.000 habitantes.

Por primera vez, Costa Rica cuenta con información científica local sobre el impacto del virus del papiloma humano (VPH) en la población masculina, gracias a una investigación realizada por el Instituto de Investigación en Ciencias Médicas (IICIMED) de la UCIMED.

El estudio, publicado el 18 de junio por la revista Frontiers in Public Health, lleva por título The growing impact of human papilloma virus (HPV)-associated cancers in men in Costa Rica: epidemiological and economic burden.

Los datos analizados —proporcionados por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS)— revelan que entre 2012 y 2016 la tasa acumulada de cáncer relacionado con el VPH en hombres, pasó de 8,6 a 55,5 casos por cada 100.000 habitantes. La edad promedio de los pacientes fue de 63,6 años.

La investigación describe, por primera vez, las características del cáncer asociado al VPH en hombres en el país, incluyendo la incidencia por edad y localización anatómica (ano, orofaringe, laringe, cavidad oral y pene), así como el uso de servicios médicos y los costos directos y acumulativos para el sistema de salud.

El equipo de investigación estuvo conformado por el Dr. Sebastián Ospina, docente de Medicina de la UCIMED; la Dra. María Luisa Ávila, investigadora del IICIMED; Francisco Brenes (UCR); Helena Brenes (Hospital Nacional de Niños); y profesionales de Merck Sharp & Dohme.

Llamado a la prevención y vacunación

Además de aportar evidencia científica inédita, el estudio resalta la urgente necesidad de incluir a los hombres en las estrategias de prevención del VPH, con énfasis en la vacunación.

La doctora María Luisa Ávila, investigadora de IICIMED, señaló:

El VPH no es un tema exclusivo de las mujeres. Esta investigación demuestra su impacto creciente en los hombres y la urgencia de implementar medidas de prevención”.

La investigadora enfatizó la importancia de la vacunación tanto primaria —antes del inicio de la vida sexual— como secundaria, junto con los controles médicos regulares.