
El mercado inmobiliario en zona turística está experimentando una metamorfosis profunda impulsada por un cambio fundamental en las prioridades de los compradores e inversores.
Ya no es suficiente con una propiedad que ofrezca un escape; la demanda actual se centra en un estilo de vida consciente, arraigado en la conexión con la naturaleza y un compromiso inquebrantable con la sostenibilidad.
Este no es solo un lujo, sino una necesidad para aquellos que buscan un refugio que nutra su bienestar y, al mismo tiempo, respete y contribuya a la salud del planeta.
Diego Soto, encargado de mercadeo de Grupo Ecoquintas explica que “la visión de un "paraíso" ha evolucionado. Los inversores y compradores de hoy anhelan un santuario que les permita disfrutar de la belleza natural sin menoscabarla, un lugar que ofrezca una auténtica experiencia de bienestar y que, idealmente, juegue un papel activo en la resiliencia ecológica y social de la comunidad local”.
“Esta nueva generación de propietarios busca una integración perfecta entre el lujo, la comodidad y la responsabilidad ambiental, entendiendo que el verdadero valor reside en la armonía con el entorno y la autenticidad de las experiencias vividas”, agregó Soto.
¿Qué aspectos buscan estas nuevas generaciones?
Este nuevo paradigma se manifiesta en una demanda creciente por propiedades con una arquitectura que minimice el impacto ambiental, favoreciendo el uso de materiales locales, reciclados o de bajo impacto, y la integración de energías renovables como la solar. La eficiencia energética y la gestión inteligente del agua son ahora características esenciales, no opcionales.
“Además, la conexión con la naturaleza es primordial. Los compradores buscan ubicaciones que ofrezcan acceso directo a entornos naturales con un énfasis en la conservación de la biodiversidad y la mínima intervención en los ecosistemas locales. La posibilidad de interactuar con la naturaleza de forma respetuosa, ya sea a través de senderos ecológicos, observación de aves o acceso a cuerpos de agua limpios, es un motor clave de la decisión de compra”, mencionó Soto.
El bienestar integral es en un pilar fundamental de esta búsqueda. Las propiedades deben ser más que un espacio habitable; deben ser un santuario que promueva la salud física y mental.
“Más allá de lo individual, los inversores buscan un impacto positivo en la comunidad. Se priorizan los proyectos que demuestran un compromiso genuino con el apoyo a la economía y la cultura local, a través de la contratación de mano de obra local, la compra de productos y servicios de pequeños productores, y la participación en programas de responsabilidad social. La autenticidad de la experiencia cultural y la contribución al desarrollo sostenible del destino son aspectos altamente valorados”, comentó Soto.
Grupo Ecoquintas ha apostado por esta tendencia desde su creación
Un ejemplo claro de esta tendencia se encuentra en Grupo Ecoquintas, un desarrollador que ha liderado el camino en Costa Rica al crear comunidades residenciales y turísticas que se integran de manera armoniosa con el entorno natural.
Sus proyectos no solo ofrecen propiedades de alta calidad, sino que también priorizan la reforestación, la conservación de la biodiversidad y el uso eficiente de los recursos, demostrando cómo el desarrollo puede coexistir con la preservación ambiental.
Finalmente, este cambio en las preferencias de los consumidores no es una moda pasajera, sino la consolidación de una tendencia global hacia la vida consciente. Representa una oportunidad sin precedentes para desarrolladores, arquitectos, agentes inmobiliarios e inversores visionarios que estén dispuestos a innovar y satisfacer esta demanda. Aquellos que prioricen la sostenibilidad, el bienestar y la autenticidad estarán posicionados a la vanguardia de este emocionante y transformador capítulo en el mercado de propiedades turísticas.