
La Marta, Refugio de Vida Silvestre ubicado en Pejibaye de Jiménez, Cartago, cumple 34 años como una de las joyas de la conservación en Costa Rica.
Este aniversario marca más de tres décadas dedicadas a proteger la biodiversidad, promover la educación y ofrecer un espacio único para que las personas se reconecten con la naturaleza, gracias al compromiso sostenido de la Universidad Castro Carazo.
Desde su declaratoria oficial como el primer refugio de vida silvestre privado en 1991, La Marta ha sido un símbolo de restauración ecológica, responsabilidad social y resiliencia. Donde en el pasado operó una hacienda de 400 hectáreas productora de café, cacao, caña de azúcar y banano, hoy prospera un bosque secundario regenerado, sumando a 1.118 hectáreas de bosque primario inexplorado, que sirve como hábitat para cientos de especies de aves, mamíferos, reptiles y plantas. Esta transformación fue posible gracias a la decisión visionaria de una familia costarricense dedicada a la educación que apostó por proteger el bosque, y al respaldo institucional de la Universidad Castro Carazo, que lo administra como parte de su misión educativa, ambiental y a su modelo Ecoformativo único en la región.
A lo largo de sus 34 años, La Marta se ha consolidado como un espacio para la educación, la investigación científica y el ecoturismo responsable. Gracias a la gestión de esta universidad privada, el refugio se ha convertido en un laboratorio natural y un aula viva, donde miles de estudiantes y visitantes aprenden sobre sostenibilidad, cambio climático y la importancia de conservar los recursos naturales.
Durante todo el año, el Refugio ofrece una amplia gama de actividades ideales para el turismo consciente, el aprendizaje y la aventura. Entre las principales destacan el senderismo en más de 17 kilómetros de senderos señalizados, el avistamiento de más de 230 especies de aves, baños en pozas naturales de aguas cristalinas, campamentos ecológicos, zonas de picnic y programas de educación ambiental dirigidos a escuelas, colegios y universidades.
“La Marta no es solo un refugio de vida silvestre. Es un aula abierta, el aula verde más grande de la Universidad Castro Carazo, un espacio de conexión con la tierra y un ejemplo del impacto positivo que tiene la educación con propósito. Queremos que este aniversario sea una experiencia que inspire a más personas a cuidar y valorar nuestra riqueza natural”, expresó Franklin Corrales, vicerrector Comercial de la Universidad Castro Carazo, institución que mantiene su compromiso con el desarrollo sostenible y la inclusión social desde la academia.
Sus instalaciones están acondicionadas para recibir tanto a visitantes nacionales como internacionales, con acceso seguro y opciones para disfrutar de una experiencia cercana, educativa y transformadora en la naturaleza.
A 34 años de su fundación, La Marta continúa siendo un símbolo vivo de lo que se puede lograr cuando la academia, la comunidad y el sector privado se unen en favor de la conservación y el cuidado del planeta. Este aniversario es más que una celebración: es una invitación a seguir protegiendo y redescubriendo uno de los pulmones verdes más valiosos de Costa Rica.
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