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En un mundo cada vez más interconectado, digitalizado y cambiante, la educación financiera se ha convertido en una herramienta esencial para garantizar la estabilidad individual, familiar y colectiva.

No se trata solamente de ahorrar o evitar deudas; es comprender cómo funcionan los sistemas económicos, cómo proteger los ingresos y cómo planificar el futuro.

La educación financiera permite tomar decisiones conscientes, desde administrar un ingreso mínimo hasta invertir con responsabilidad. Además, promueve la autonomía económica, reduce la desigualdad y fortalece la resiliencia ante las crisis.

“Desde la perspectiva de quienes creen en el desarrollo sostenible y la justicia económica, la educación financiera es más que una materia pendiente en los programas escolares; es un derecho que debe ser garantizado por el Estado y promovido por las instituciones públicas y privadas”, explicó Jorge Guevara, director financiero de la Universidad San Marcos.

Consejos a tomar en cuenta

A continuación, algunos consejos prácticos a tomar en cuenta:

  • Elaborar un presupuesto mensual: registrar todos los ingresos y gastos, y priorizar lo esencial, como la vivienda, la alimentación, el transporte y la salud.
  • Evitar vivir del crédito o del límite de la cuenta: gastar menos de lo que se gana.
  • Planificar un fondo de emergencia: ahorrar de tres a seis meses los gastos básicos y guardarlos en una cuenta de fácil acceso, pero separada de la cuenta de uso cotidiano.
  • Usar el crédito con responsabilidad: evitar deudas innecesarias y se recomienda pagar las tarjetas de crédito completas cada mes, esta práctica evita el pago de intereses.
  • Incentivar el ahorro: destinar entre el 10% o 20% de los ingresos totales.
  • Establecer metas financieras: definir objetivos a corto, mediano y largo plazo. Por ejemplo, pagar deudas, comprar una casa, ahorrar para la jubilación, entre otros.
  • Educarse continuamente: escuchar podcast o leer libros de consejos sobre finanzas personales.

“Debemos aspirar a una sociedad más justa, equitativa y preparada, y es importante comenzar con lo más básico: enseñar a las personas a entender, manejar y planificar sus recursos. Hay que educar, para que nuestras comunidades no sigan hipotecando su futuro”, finalizó el director financiero de la USAM.