
El reconocimiento fue entregado por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y el Instituto Nacional de las Mujeres.
Un total de 23 empresas costarricenses fueron reconocidas este viernes por sus buenas prácticas laborales, especialmente en igualdad de género y salud ocupacional.
El reconocimiento fue entregado por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) y el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU), como parte del Sistema de Reconocimientos Sociolaborales (SIRESOL): Buen Brete y Buenas Prácticas Laborales para la Igualdad de Género.
La actividad, organizada en conjunto por dichas instituciones, constituye un hito en la articulación interinstitucional orientada a reconocer las buenas prácticas sociolaborales y promover una cultura empresarial responsable, inclusiva y alineada con el desarrollo sostenible.
En esta segunda edición, 23 empresas fueron galardonadas, lo que representa un avance significativo respecto a las 10 reconocidas en 2024. Las empresas distinguidas se distribuyen en tres categorías:
- Nueve empresas en la categoría Promoción de la Salud, la Seguridad y el Bienestar de la Persona Trabajadora.
- Una empresa en la categoría Igualdad, Inclusión y Protección de la Persona con Discapacidad Trabajadora.
- Trece empresas en la categoría Buenas Prácticas Laborales para la Igualdad de Género, homologadas por el MTSS.
El sistema SIRESOL, oficializado mediante el Decreto Ejecutivo N.º 43714-MTSS-H, actualmente mantiene vigentes seis categorías y busca visibilizar y reconocer a aquellas organizaciones públicas y privadas que demuestran una gestión laboral ejemplar, especialmente en la protección de los derechos de personas en condición de vulnerabilidad.
El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Andrés Romero Rodríguez, señaló:
Reconocer a estas empresas es también reconocer una visión de país que apuesta por la dignidad en el trabajo, por la igualdad de oportunidades y por la mejora continua en el ámbito laboral. SIRESOL no es solo una distinción: es un compromiso público de avanzar hacia entornos laborales más justos, seguros e inclusivos”.
El Sistema de Reconocimientos de Buenas Prácticas Laborales para la Igualdad de Género, creado en el marco del Decreto Ejecutivo Nº 37905-MP-MCM, e impulsado desde el año 2017, tiene con fin motivar a las organizaciones a tomar medidas que promuevan la igualdad de oportunidades y trato entre mujeres y hombres en aras de corregir las desventajas históricas que las mujeres atraviesan en el mercado laboral.
La ministra de la Condición de la Mujer, Cindy Quesada Hernández, explicó:
Este año, la categoría de Buena Práctica que más reconocimientos entregó fue la de Gestión del talento humano para el cierre de las brechas entre mujeres y hombres. Eso nos alegra mucho porque se evidencia que estamos construyendo un sector empleador sensible al género, que está rompiendo estereotipos al contratar mujeres donde lo tradicional es encontrar fuerza de trabajo masculina y porque están construyendo espacios laborales no discriminatorios”.
Por su parte, la presidenta ejecutiva del INAMU, Yerlin Zúñiga Céspedes, enfatizó:
Gracias a una alianza entre el Ministerio de Trabajo y el INAMU, las buenas prácticas laborales en igualdad de género que se otorgan desde el año pasado, son homologadas por el MTSS, lo cual potencia nuestra política pública de la Estrategia de Igualdad de Género en el empleo, orientada a cerrar estas brechas de desigualdad por medio de sinergias con otros actores públicos y privados para promover e institucionalizar la igualdad de género en el ámbito laboral”.
Los beneficios de obtener un reconocimiento de esta naturaleza para las empresas incluyen:
- Certificación oficial de sus buenas prácticas sociolaborales.
- Distintivos para uso institucional.
- Inclusión en el Registro Nacional de Organizaciones Certificadas.
- Acceso a ventajas en procesos de compras públicas sostenibles.
- Promoción y visibilidad nacional e internacional por parte de las instituciones rectoras.
Este esfuerzo conjunto entre el MTSS, la ministra de la Condición de la Mujer y el INAMU no solo promueve entornos laborales saludables y libres de discriminación, sino que también fortalece la cohesión social, mejora la competitividad del sector productivo y posiciona a Costa Rica como un país comprometido con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030.