Washington justificó su decisión al señalar que la propuesta no vinculaba el cese de hostilidades con la liberación de los rehenes en manos de Hamás.

Estados Unidos vetó este miércoles una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que exigía un alto el fuego inmediato y permanente en la Franja de Gaza, al considerar que el texto no establecía como condición la liberación de los rehenes capturados por Hamas.

La resolución, respaldada por los otros 14 miembros del Consejo, describía la situación humanitaria en Gaza como “catastrófica” y solicitaba a Israel levantar todas las restricciones a la entrega de ayuda humanitaria a los 2,1 millones de palestinos que habitan el enclave. No obstante, no incluía una condena explícita al ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 ni exigía el desarme o la retirada del grupo militante de Gaza, condiciones que Washington considera indispensables para apoyar una tregua.

Mientras el Consejo de Seguridad votaba, la administración del expresidente Donald Trump —quien ha redoblado esfuerzos diplomáticos en la región— calificó de “totalmente inaceptable” la propuesta de enmiendas presentada por Hamás a un plan estadounidense de alto al fuego. El enviado especial Steve Witkoff lidera las negociaciones por parte de Washington, sin que hasta el momento se vislumbre una salida inmediata al conflicto que ya suma 20 meses.

En paralelo, una fundación respaldada por Israel y Estados Unidos suspendió sus operaciones de entrega de alimentos en tres puntos de distribución en Gaza tras una serie de tiroteos cerca de los centros que dejaron decenas de muertos. El incidente provocó nuevas tensiones entre la ONU y sus socios occidentales.

El nuevo sistema de distribución impulsado por Israel y Estados Unidos busca evitar que Hamás desvíe la ayuda humanitaria, como ha ocurrido anteriormente según sus denuncias. Sin embargo, Naciones Unidas ha rechazado ese mecanismo, alegando que no responde a la crisis de hambre en la región, permite a Israel utilizar la ayuda como arma de guerra y viola los principios humanitarios de neutralidad, imparcialidad e independencia.

El conflicto ha generado una dependencia casi total de la ayuda internacional, dado que la ofensiva israelí ha destruido la mayoría de las capacidades locales de producción alimentaria. Desde el 2 de marzo, Israel impuso un bloqueo a los suministros hacia Gaza, que solo empezó a flexibilizarse a finales del mes pasado tras fuertes presiones internacionales y advertencias sobre una posible hambruna.

El Ministerio de Salud de Gaza —controlado por el gobierno de Hamás pero integrado por profesionales médicos— estima que más de 54.000 palestinos han muerto desde el inicio de la ofensiva israelí, en su mayoría mujeres y niños. Aunque las cifras han sido cuestionadas por Israel, agencias de la ONU y expertos independientes las consideran generalmente fiables.

Desde el inicio del conflicto, el Consejo de Seguridad ha votado 14 resoluciones relacionadas con Gaza, de las cuales solo cuatro han sido aprobadas.