El curso, impartido del 21 de abril al 31 de mayo en el Campus Omar Dengo, estuvo dirigido a personas sin conocimientos previos en computación.

Ana Lucía Sánchez González, de 67 años, encendió una computadora por primera vez hace apenas seis semanas. Hoy, junto a más de 60 personas adultas y adultas mayores, recibió su certificado de aprovechamiento tras finalizar el curso gratuito de alfabetización digital ofrecido por la Universidad Nacional (UNA), a través de la Escuela de Secretariado Profesional y la División de Educología. Además, estudiantes de tercer nivel de la carrera de Educación Comercial apoyaron en la enseñanza.

Lo que inició con nervios y temor a “dañar la compu”, se convirtió en una experiencia llena de logros y descubrimientos, según narraron desde la UNA.

Ana Lucía lo expresa así: “Le tenía miedo, pero aprendí a encenderla, a moverme en Word, en PowerPoint… y quiero seguir. La UNA es una oportunidad para quienes, como yo, ya pensionados, queremos seguir aprendiendo”.

El programa incluyó desde conocimientos básicos, como el encendido del equipo, partes de la computadora, navegación en el entorno Windows y uso del teclado, hasta la superación de barreras emocionales, generacionales y sociales.

Guillermo Vega Campos, esposo de Ana Lucía, destacó el avance de los participantes:

Es un orgullo verla avanzar. Ella y sus compañeros son ejemplo de que nunca se deja de crecer. Ojalá más adultos mayores se animen. La UNA está haciendo algo hermoso, a pesar de las limitaciones”.

Durante la ceremonia de cierre, varios asistentes compartieron sus experiencias. Manuel Alejandro Arce recordó la primera vez que tuvo que abrir un expediente digital en el sistema EDUS: “No sabía ni por dónde empezar. Hoy puedo decir que lo logré. Aprender tecnología siendo adulto mayor es duro, pero es posible. Este curso me dio confianza”.

Dana Pastra Sánchez, docente del grupo, afirmó que la capacitación trascendió lo técnico:

Muchos llegaron con miedo de romper la compu. Hoy están escribiendo, organizando carpetas y creyendo más en ellos mismos. Nos enseñaron que la edad no es límite, sino una historia que ahora se enriquece con tecnología”.

Según detalló la UNA, una escena particularmente emotiva fue compartida por Dalys Masaya Ballestero, de la Escuela de Secretariado Profesional: “Ver a una hija acompañar a su mamá hasta la puerta del aula, como cuando éramos pequeños, fue muy significativo. La persignó y le dijo: ‘Mamá, que Dios la bendiga y que disfrute’. Ese momento me conmovió profundamente”.

Por su parte, la subdirectora de la Escuela, Carolina Hernández Chaves, y la representante de la División de Educología, Yerlyn Santos Pancha, reafirmaron el compromiso de la UNA con una educación accesible e inclusiva para todas las edades.

La UNA compartió que el acto de clausura fue más que una entrega de certificados: fue la celebración de un camino lleno de valentía, esfuerzo y esperanza, demostrando que “el aprendizaje no tiene fecha de caducidad y que el conocimiento florece también en las canas”.