¡Han pasado más de 80 años desde su firma! La Declaración de Filadelfia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), suscrita en 1944, continúa siendo un faro que ilumina el camino hacia la diversidad e inclusión en el ámbito laboral. Uno de sus principios fundamentales establece el derecho de todas las personas, sin distinción de raza, credo o género, a buscar su bienestar y su desarrollo espiritual en condiciones de libertad, dignidad, seguridad económica e igualdad de oportunidades.

Con el tiempo, hemos comprendido que no se trata de solo un derecho fundamental, sino también de una ventaja estratégica para las empresas. La diversidad e inclusión generan beneficios tangibles como un aumento en la productividad, un entorno propicio para el desarrollo profesional, riqueza de opiniones y mayor estabilidad organizacional.

Hoy en día, uno de los principales desafíos de las organizaciones es atraer y retener los mejores talentos. La diversidad de perspectivas no solo enriquece los equipos, sino que también potencia la creatividad y fomenta la innovación.

Es un claro ganar-ganar. ¿Por qué? Porque anticiparse y responder eficazmente a las necesidades de clientes y pacientes, en un mercado cada vez más cambiante, es crucial. Cuanto más refleje una empresa la diversidad de las personas que busca ayudar o beneficiar con sus innovaciones, mejor podrá comprender e integrar las distintas necesidades y sensibilidades en sus soluciones de negocio.

La diversidad y la inclusión no ocurren en un vacío; están profundamente influenciadas por el contexto social y económico en el que se desarrollan. A su vez, también, lo transforman. Ambas se convierten en potentes fuentes de innovación y creatividad, al abrir paso a nuevas miradas, una comprensión más global y una gama más amplia de habilidades profesionales.

Atraer, retener y hacer crecer el talento está estrechamente vinculado a la inclusión. Las nuevas generaciones de profesionales priorizan trabajar en organizaciones que adopten estos valores, como parte integral de su cultura y evitarán aquellas que no lo hagan3.

En nuestra empresa, no solo la diversidad y el respeto son parte esencial de nuestra cultura y nos permiten atraer al mejor talento. También, el valor de la equidad juega un papel importante, ya que estamos convencidos de que todas las personas merecen ser valoradas, vistas y escuchadas. Así, reafirmamos nuestro compromiso de crear un entorno de confianza para que cada individuo pueda desarrollarse plenamente, todos los días y en cualquier lugar del mundo.

Todo esto es posible cuando se fomenta la inclusión, actuando con integridad y trabajando activamente para reducir cualquier desigualdad en el acceso a la atención médica.

Por eso, reforzar el compromiso con una cultura empresarial inclusiva es clave para impulsar una mentalidad abierta, tolerante y positiva, tanto entre los equipos de trabajo interno como en la relación con los clientes y pacientes que atendemos, día con día.

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