Museo Nacional, UNESCO y UNODC coordinaron un taller interinstitucional para identificar vacíos normativos y operativos en la protección del patrimonio cultural.
Con el propósito de fortalecer las capacidades nacionales frente al tráfico ilícito de bienes culturales, del 23 al 25 de junio se llevó a cabo en San José el Taller de Evaluación de las Necesidades en la Lucha Contra el Tráfico de Bienes Culturales: Retos y Soluciones.
La actividad fue organizada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) —a través del Programa de Control de Pasajeros y Carga (PCCP) y el Programa Global para la Disrupción de Redes Criminales (GPCD)— y el Ministerio de Cultura y Juventud, mediante el Museo Nacional de Costa Rica.
El taller reunió a representantes de instituciones públicas, cuerpos policiales, organismos internacionales, entidades de supervisión financiera, academia y expertos en patrimonio cultural. Su objetivo fue generar un diagnóstico actualizado sobre las amenazas que enfrenta Costa Rica, especialmente en relación con el tráfico de artefactos precolombinos y coloniales, e impulsar estrategias conjuntas para el control fronterizo, la investigación criminal y la recuperación de bienes.
Jorge Vargas, jefe de oficina de UNODC en Costa Rica, destacó que “desde UNODC, nuestra labor consiste en fortalecer las capacidades de los Estados para enfrentar este fenómeno con herramientas orientadas a la prevención del delito y respuestas de justicia penal internacional, particularmente a través de la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional (UNTOC). Esta Convención ofrece una base jurídica sólida para abordar los delitos graves relacionados con el tráfico ilícito de bienes culturales cuando estos son cometidos por grupos delictivos organizados”.
Por su parte, Ifigenia Quintanilla, directora del Museo Nacional, subrayó la necesidad de una acción colectiva:
La prevención del tráfico ilícito y la destrucción de bienes arqueológicos no es solo tarea del Museo Nacional y del Ministerio de Cultura y Juventud; es un compromiso país que involucra a cuerpos policiales, autoridades judiciales, cuerpo diplomático, las comunidades locales y a la ciudadanía en general. Cada persona tiene un papel fundamental en la protección del patrimonio cultural, que es parte de nuestra identidad y de la historia que heredamos. Además, la cooperación internacional es un aliado clave para intercambiar información, fortalecer capacidades, y recuperar Bienes patrimoniales que han sido sacadas ilegalmente de sus territorios de origen. Solo a través de la colaboración continua, dentro y fuera de nuestras fronteras, podemos prevenir el saqueo, el tráfico ilícito y la pérdida irreparable de monumentos arqueológicos”.
Esta iniciativa se enmarca en los compromisos asumidos en la Conferencia Mundial de la UNESCO (MONDIACULT 2022) y responde a los lineamientos del Pacto para el Futuro 2024 de las Naciones Unidas, que promueve la cooperación internacional para la restitución de bienes culturales y la protección del patrimonio mediante el involucramiento de distintos sectores.
“El patrimonio cultural –material e inmaterial– encarna la identidad e historia de las comunidades y países. Para Costa Rica, esto abarca una variedad de bienes culturales, desde artefactos precolombinos y reliquias coloniales hasta creaciones artísticas contemporáneas. Una sociedad despojada de este patrimonio pierde eslabones de su idiosincrasia y cimientos para su futuro. Por ello, combatir su tráfico ilícito es estratégico para la cohesión social y el desarrollo sostenible”, afirmó Alexander Leicht, director de la Oficina Regional de la UNESCO en San José.
El taller marca el inicio de una serie de acciones coordinadas para proteger el patrimonio cultural desde un enfoque integral que combine justicia, cultura y seguridad. Desde las organizaciones indicaron:
La preservación de los bienes culturales representa no solo una obligación ética, sino también un esfuerzo colectivo por salvaguardar la identidad, la historia y la diversidad de los pueblos".