Exposición estará abierta al público de forma gratuita hasta el próximo 2 de julio.

La Galería Sophia Wanamaker del Centro Cultural Costarricense Norteamericano (CCCN) abre sus puertas al público para presentar la exposición La línea infinita: Códices Develados – Dibujos y Relieves de Mario Parra. Esta muestra invita a explorar el universo simbólico del artista a través del trazo, la madera y la reflexión.

Disponible de manera gratuita hasta el 2 de julio, la exposición puede visitarse de lunes a sábado, de 9:00 a.m. a 6:00 p.m. La muestra reúne una cuidada selección de dibujos, bocetos, esculturas en bulto y relieves tallados en madera costarricense, creados por Mario Parra Brenes.

Parra es escultor, licenciado en Artes Plásticas por la Universidad de Costa Rica, con maestría en Estados Unidos, estudios doctorales en España y ganador del Premio Nacional de Artes Visuales en 1980.

“Esta muestra es un testimonio de la línea como pensamiento y como resistencia. Parra nos revela sus códices personales: trazos que, lejos de ser ensayos, son manifiestos de eternidad y de oficio”, afirmó Juan Diego Roldán, coordinador cultural del CCCN.

Más detalles de la muestra

Según el CCCN, La línea infinita no es solo un título, sino una declaración de principios. Mario Parra, con más de cinco décadas de trayectoria, presenta un proceso creativo donde sus dibujos en extensos rollos de hasta siete metros dejan de ser preparatorios para convertirse en un lenguaje propio. Cada línea actúa como un códice que revela el origen de su obra tridimensional, desafiando el tiempo y estableciendo un diálogo con el espectador.

La exposición incluye nueve esculturas en bulto y cuatro relieves, en los que el artista expresa sus reflexiones sobre temas humanos y sociales como la pandemia, la vida cotidiana en Costa Rica y la simbología de lo femenino en sus diversas interpretaciones.

Asimismo, desde el CCCN destacaron que la madera se transforma en soporte del pensamiento, medio de expresión y vehículo de permanencia. Y que la mano del escultor se evidencia en cada hendidura y curva tallada con precisión, donde lo bidimensional se convierte en volumen y lo efímero en duradero.

“Pensar la línea en Mario Parra es entenderla como su cómplice silenciosa: es trazo, pero también palabra, huella, partitura. En ella se cifra el ADN de su obra escultórica, y a través de ella se revelan sentidos ocultos que apelan directamente a nuestra sensibilidad y memoria colectiva”, añadió Roldán.