
Kimberly-Clark tiene la meta de mejorar las condiciones de saneamiento básico a 10 millones de personas para el 2030 en Latinoamérica.
A pesar de ser una de las prácticas más sencillas y efectivas para la prevención de enfermedades, un gran porcentaje de la población mundial subestima la importancia del lavado de manos adecuado. De acuerdo con UNICEF, esta parte del cuerpo porta una gran cantidad de microorganismos, virus, bacterias y hongos y en un centímetro cuadrado pueden vivir hasta 1.500 bacterias, si no se realiza una limpieza correcta (2023).
Según WaterAid (2024), organización internacional sin fines de lucro enfocada en llevar agua potable, saneamiento digno e higiene a todos, la higiene de manos con jabón representa una estrategia de salud pública de bajo costo y alta efectividad para prevenir y mitigar infecciones, actuando como una barrera fundamental contra diversos brotes de enfermedades.
Esta práctica puede disminuir la incidencia de diarrea en aproximadamente un 30%, las infecciones respiratorias agudas alrededor de un 23% y las infecciones por coronavirus estacionales en un 36%. Una higiene escrupulosa, que incluye el lavado de manos, también juega un papel crucial en la contención de la propagación de enfermedades como el cólera, la COVID-19, la disentería, el ébola, la hepatitis E, el SARS y muchas otras.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), por su parte, también ha sido enfática en subrayar que el lavado de manos correcto es fundamental para reducir significativamente el riesgo de contagio de enfermedades, debido a que las personas se exponen permanentemente a superficies potencialmente contaminadas.
No obstante, expertos en salud pública enfatizan que el lavado de manos, aunque esencial, no es una medida aislada suficiente. El secado adecuado emerge como un paso fundamental que a menudo se pasa por alto. Investigaciones demuestran que las manos húmedas pueden albergar hasta mil veces más bacterias que las manos secas, convirtiéndose en un medio de cultivo para microorganismos.
Un compromiso con la calidad de vida y el saneamiento básico en Latinoamérica
Como parte de su propósito de brindar “Un Mejor Cuidado para un Mundo Mejor” y en línea con transformar la calidad de vida de las comunidades en Latinoamérica, Kimberly-Clark tiene la meta de impactar de manera positiva a 10 millones de personas con acceso a agua potable, baños seguros y educación sobre higiene para el año 2030.
Gracias a la iniciativa “Baños Cambian Vidas” liderada por Kimberly-Clark y su marca Scott®, la compañía ha construido sistemas comunitarios de agua y saneamiento sostenibles, e impulsó la educación sobre higiene en las comunidades para beneficio de 4 millones de personas desde hace casi una década en Centroamérica. Además, ha invertido más de 2.5 millones de dólares para mejorar el acceso a condiciones básicas de higiene en la región.
Además, Kimberly-Clark Professional tiene una amplia gama de productos que incluyen jabones en espuma Kleenex y jabones en spray Scott, adicional, las toallas de papel de manos Kleenex y Scott son la solución de secado esencial para completar el lavado de manos, ya que tiene una tecnología AIRFLEX que posee cámaras de aire entre las fibras y atrapan un mayor volumen de agua para un secado más eficiente.
También, el uso de toallas de papel ofrece un beneficio adicional al minimizar el contacto con superficies de uso común después del lavado, como grifos y manijas de puertas, reduciendo así el riesgo de re-contaminación.
La evidencia científica es clara: una higiene de manos efectiva requiere tanto un lavado concienzudo como un secado apropiado. Adoptar estos hábitos, junto con la precaución al tocar superficies públicas, representa un avance significativo en la protección de la salud individual y colectiva, contribuyendo a la prevención de enfermedades y la creación de entornos más saludables.