En primer lugar, esta columna la escribo gracias a la sugerencia de don Geoffrey González Jiménez, cinéfilo y paratleta entre otras muchas cosas, quien me recordó cómo el cine también es un buen medio para visibilizar los retos y fortalezas de las personas con discapacidad.
Ahora bien, me declaro un ignorante en el tema, por lo que lo abordo con cuidado y respeto. Mi ignorancia es tal que le tuve que preguntar varias veces a don Geoffrey qué palabras usar y cuáles no, agradezco su paciencia y gentil disposición a educarme. Dicho lo anterior, la primera recomendación.
CODA (Apple TV)
Nuestra protagonista es la única oyente en una familia de personas sordas que vive de la pesca en una costa gringa. A sus 17 años, hace de intérprete de algunas cosas del mundo para sus padres y su hermano. Además, es un prodigio del canto.
Enfrenta una elección fregada entre permanecer con su familia o seguir su vocación. CODA no es tanto una historia de superación, sino de la creación de la identidad en un contexto no tan frecuente, donde la comunicación se da en medio del silencio.
Ganó el Oscar a mejor película en 2022. No lo merecía. La mejor película nominada ese año fue, sin duda, Drive My Car (Netflix), pero eso no la vuelve menos disfrutable. La peli es hermosa. Si no la ha visto, se la recomiendo muchísimo.
Los cuatro lectores de esta columna sabrán que, entre una recomendación y otra, siempre opino o deliro sobre el tema semanal. En esta ocasión, no sé qué decir: tengo un vacío gigantesco en cuanto a cómo abordar el tema de manera adecuada. Desde la buena fe, puedo terminar diciendo estupideces mayúsculas. Al menos a mí, en estos 38 años de vida, la única persona que me ha hecho cuestionarme el asunto es don Geoffrey. Por lo cual, nuevamente, gracias.
Crip Camp (Netflix)
A pocos kilómetros de Woodstock, en medio del frenesí cultural de los años 70, se encuentra Crip Camp. Este documental cuenta cómo un grupo de jóvenes con discapacidades —que han tenido no pocos retos a lo largo de sus vidas— encontraron en el Camp Jened razones que fortalecieron sus impulsos de lucha.
El documental usa imágenes de archivo y también nos lleva a los sitios y momentos donde se gestaron las leyes de accesibilidad en Estados Unidos. Lejos de un tono paternalista, esta es una historia de rebeldía, organización y humanidad. Está en Netflix, no hay peros para no verla.
Estaba pensando en Borges. Vivió 30 años completamente ciego, pero no se le recuerda como una persona ciega, se le recuerda como Borges. Se le recuerda por su obra y por andar visitando a Pinochet y recibiendo premios de él en media dictadura. Me imagino que esa es la situación ideal: las personas con discapacidad tienen fortalezas y vicios, pues evidentemente, ante todo y sobre todo, son personas. Como Borges es Borges, y no un escritor ciego. Espero que se entienda la idea que tanto me está costando aterrizar.
La singular vida de Ibelin (Netflix)
El documental cuenta la historia de Mats Steen, un joven noruego con distrofia muscular. A través de Ibelin, su avatar de World of Warcraft —un videojuego que permite una amplia interacción entre muchos jugadores al mismo tiempo en un mundo abierto— Mats construyó una vida rica en conexiones y aventuras, desafiando las limitaciones físicas que su condición le imponía.
Este documental reconstruye su historia mediante testimonios de amigos virtuales y familiares, revelando cómo el mundo digital se convirtió en su espacio de libertad y expresión.
Es profundamente enternecedor el relato de sus padres, pues pensaban que su hijo no tenía amigos, que su vida era estar frente a una pantalla dada su dificultad de movilidad. Sin embargo, detrás de esa pantalla tenía una enorme red de humanos que lo querían.
El documental subraya que, más allá de las limitaciones físicas, frecuentemente el espíritu humano encuentra formas de trascender, dejando una huella en quienes fueron parte de su camino.
Eso fue todo por esta semana. Muchas gracias por leerme y que pase lo que tenga que pasar.