Domingo de Ramos. 555 días desde que Israel declarara la guerra en Gaza.
Una guerra en la que todos los números son aproximados…
Hay aproximadamente 50.900 muertos, de ellos, aproximadamente 15.000 son niños.
Es aproximado, porque la historia, decía Wislawa Szymborska
La historia cuenta sus esqueletos en números redondos.
Mil y uno siguen siendo mil, como si ese uno nunca hubiera existido.
50.900 o 50.899 da lo mismo.
Entran en la misma noción abstracta que producen los muertos, en general, en una guerra lejana y de apátridas.
Gaza sonaba, antes del 7 de octubre de 2023, a problemas, a pobreza y a destierro.
Israel, en cambio, sonaba aún a democracia. O por lo menos eso leíamos.
Después de 555 días de genocidio, de querer exterminar al pueblo palestino, de cortarle la ayuda humanitaria, el suministro de agua potable, de bombardear el último hospital en pie, y de abiertamente querer desaparecerlos del mapa, ¿qué va a quedar de ti, Israel?
¿Con qué cara vas a enfrentar al mundo, sabiéndote culpable de uno de los peores genocidios desde el Holocausto?
¿Hasta dónde te va a funcionar la bandera facilista del antisemitismo?
Semitas son todos aquellos que hablan un idioma semita, una noción lingüística y no geográfica.
La población de la isla de Malta, católicos ardientes, habla un idioma semita.
Los de Etiopía y Eritrea, en el Cuerno de África, también.
Es un sinsentido levantar la bandera semita y hacerla propia.
¿Con qué cara vas a verle los ojos a Yamila, a la familia Abduljawa, a Karim, a Mahdi y a todos los que perdieron a todos sus familiares?
Familias enteras aniquiladas.
El trauma de la violencia sufrida se lleva por generaciones, pero también el de la violencia infligida.
Los soldados de la mal llamada Fuerza de Defensa, esos que han desertado del ejército, esos que han infligido dolor y sufrimiento hasta sufrir ellos mismos por lo hecho, también llevan trauma.
¿Qué quedará de ti, Israel, después de Gaza?
Los escombros… eso se limpia…se reconstruye.
¿El dolor infligido? Ese traumatiza y deja cicatrices.
¿Con qué paz vas a vivir después de Gaza, sabiendo que has hecho todo para destruir a un pueblo que solo ha aprendido a resistirte?
Gaza sobrevivirá. Lo sabemos todos.
No desaparecerá, ni desaparecerán los palestinos.
No se irán a ninguna parte.
Porque esa también ha sido su tierra.
Porque lo era antes de la partición.
Porque lo fue siempre.
Y lo seguirá siendo.
Ellos saben quiénes son y qué han hecho.
¿Pero tu, Israel?
¿Sabés quién eres?
¿No era acaso tu identidad la del sobreviviente del Holocausto, la víctima de un régimen totalitario y de una ideología racista?
¿Cuánto de lo que te hicieron estás dispuesto a repetir?
¿Cuál es tu nueva identidad?
No hay justicia en invocar el pasado para justificar la opresión del presente.
Y si algo nos enseña la Historia, es que siempre ha servido para pedir cuentas.
Si ahora nadie lo está haciendo, no tardarán en hacerlo tus propios hijos.
A preguntarte: cuando el Estado mataba, ¿tu dónde estabas?
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