En colaboración con:
Colaboración con agencia

Colegio de Médicos y Cirujanos y Asociación Costarricense de Psiquiatría señalan impacto en la salud cardiovascular, física y mental de las personas.

El creciente congestionamiento vehicular en Costa Rica se ha convertido en un factor de riesgo significativo para la salud cardiovascular, física y mental de la población, generando una preocupante epidemia que afecta a todo el territorio nacional.

El Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica advierte sobre las serias consecuencias que este problema está ocasionando en el bienestar integral de los ciudadanos y considera más que oportuno prestarle atención urgente ante esta crisis de salud pública.

Lo que antes solo se vivía en las "hora pico", el fenómeno de las presas interminables, se ha convertido en una constante en las carreteras y calles del país, trascendiendo la capital y afectando a todas las provincias. Esta pérdida de tiempo diaria no solo merma la productividad y la calidad de vida, sino que también está generando serias consecuencias para la salud física y mental de los costarricenses.

Desde el punto de vista cardiovascular, el doctor Elliott Garita Jiménez, presidente del Colegio de Médicos y Cirujanos y especialista en cirugía cardiovascular y torácica, enfatiza la magnitud del problema.

Sin duda, todos los costarricenses vivimos en estos momentos una nueva epidemia que es cuánto de vida perdemos en cada instante que estamos atrapados en las presas. Esto deteriora nuestra calidad de vida, aumenta el estrés emocional, la presión arterial y la frecuencia cardíaca, disminuye nuestra tolerancia y acorta el tiempo para estilos de vida saludables. Debemos buscar soluciones urgentes a este grave problema".

El doctor Garita explica que la frustración y la ansiedad generadas en el tráfico desencadenan una descarga constante de adrenalina, elevando la frecuencia cardíaca y la presión arterial, ya que, a largo plazo, esto puede disminuir la eficacia de los tratamientos para la hipertensión.

En este sentido, el doctor dio algunas recomendaciones:

  • Durante el camino, las personas pongan música relajante que les ayude a mitigar la presión de estar en las presas.
  • Quienes padecen de presión arterial alta no olviden su medicación y mantengan un control periódico, incluso bajo tratamiento.
  • Cuando se llega al punto de destino, los ocupantes del vehículo deben tomar su tiempo para estirarse y respirar profundamente.

Permanecer mucho tiempo en las presas genera un importante impacto físico. El doctor Manrique Sandí Arias, miembro de la junta de gobierno del Colegio de Médicos y Cirujanos y especialista en medicina del trabajo, subraya que muchas personas no son conscientes de que, además del riesgo de accidentes, sufren lesiones osteomusculares, cardiovasculares y neurológicas como resultado de cómo se sientan o manejan sus vehículos.

"Estar sentado durante largos periodos, una posición incorrecta, una mala postura y la vibración constante son las principales causas de lesiones. Esto puede manifestarse en calambres, dolores de espalda y cuello, rigidez, dolor de cabeza, fatiga ocular, degeneración de discos espinales, y afectaciones neurológicas y circulatorias”, explicó el Dr. Sandí Arias.

El especialista recuerda datos alarmantes que indican que, en Costa Rica, se calcula que los usuarios de transporte público invierten entre 3 y 4.5 horas diarias en traslados y que esto limita drásticamente el tiempo dedicado al ocio y a la práctica de estilos de vida saludables.

¿Qué hacer al respecto?

Para el Dr. Sandí Arias, es importante echar mano de un concepto denominado ergonomía de los conductores, que básicamente es adaptar las condiciones ya sea de trabajo o equipo a la persona.

Por ejemplo, recomienda que una vez sentada la persona en el vehículo:

  • Mover el asiento hacia adelante hasta que se pueda alcanzar y presionar fácilmente los pedales sin tener que estirarse
  •  Ajustar la altura del asiento para ver cómodamente no solo la carretera, sino también los instrumentos que están en el dash.
  • Asegurar que la altura sea la adecuada, de tal modo que las caderas estén alineadas o ligeramente más altas que las rodillas y no colocar el asiento en una posición tan alta, porque entonces eso puede generar mayor impacto en la parte superior del cuerpo, cabeza, sobre todo, y en caso de colisiones puede afectar muy negativamente a la persona.
  • Reclinar ligeramente la espalda del asiento en un ángulo de aproximadamente 100 grados.

Impacto en salud mental

Desde la perspectiva de la salud mental, el doctor Francisco Golcher Valverde, psiquiatra y presidente de la Asociación Costarricense de Psiquiatría, señala un fenómeno preocupante.

"En la cotidianidad de una presa, la preocupación por llegar tarde y la frustración por la inmovilidad desatan enojo y malestar. Asistimos a una situación similar a la fábula, donde al subir al vehículo, algunas personas se transforman, gritando e insultando en una competencia por avanzar, lo que puede derivar en accidentes y situaciones lamentables. Esto revela una dificultad para manejar el estrés inherente a las presas", explicó.

Para el Dr. Golcher, gritar y perder la calma solo agrava la situación y puede generar conflictos con consecuencias serias. Por ello, recomienda estrategias prácticas para afrontar el congestionamiento como contar, respirar profundo o compartir el viaje, para conversar de temas positivos que ayuden a disminuir la tensión, así como reconocer que somos víctimas de una situación ajena a nuestra responsabilidad y tratar de relajarnos con música son algunas acciones.

Ante esta realidad, el Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica hace un llamado urgente a las autoridades y a la población a tomar conciencia de esta "nueva epidemia" y a buscar soluciones integrales que mitiguen sus efectos en la salud pública.