
Estos pacientes presentan recaídas o ataques que empeoran su condición, impactando considerablemente la calidad de vida.
Aproximadamente entre 1 y 10 personas por cada 100.000 habitantes en todo el mundo se ven afectadas por el trastorno del espectro de neuromielitis óptica (NMOSD), considerada una enfermedad neurológica rara, en donde el sistema inmune se activa por error para atacar a las propias células del cuerpo, convirtiéndola en una patología autoinmune. Esta enfermedad ocasiona una inflamación severa en los nervios ópticos y la médula espinal, llevando al paciente a perder la visión y generando dificultades motoras, lo que afecta significativamente su calidad de vida.
La NMOSD suele manifestarse por primera vez en individuos entre los 30 y 40 años, aunque puede afectar a cualquier edad, desde la infancia hasta la adultez tardía. Además, afecta predominantemente a mujeres, con una incidencia hasta nueve veces mayor que en hombres, siendo más frecuente en poblaciones asiáticas, africanas y sudamericanas.,
Existen algunos factores de riesgo, como padecer otra enfermedad autoinmune, además de algunos agentes externos de los cuales no se tiene total claridad. Aunque la mayoría de las personas con esta afección no tienen familiares cercanos con el padecimiento, se cree que alrededor del 3% tiene un historial familiar de la condición.
“El cuadro clínico de esta patología varía según la locación del daño en el sistema nervioso (nervio óptico y médula espinal)., Muchos pacientes presentan recaídas o ataques que agravan su condición, afectando considerablemente su calidad de vida, incluso provocando la muerte de nervios u otras células del sistema nervioso. Estos episodios inflamatorios suelen ir acompañados de una acumulación de líquido tisular (líquido que se encuentra entre las células), lo que incrementa aún más el daño en los tejidos nerviosos y al empeoramiento de los síntomas”, mencionó el Dr. Andrés Rojas, director médico de AstraZeneca para Centroamérica y Caribe.
Reducir este daño y suprimir la inflamación para preservar la función nerviosa son los principales objetivos al aliviar los síntomas de un ataque agudo. Para ello, se utilizan terapias inmunosupresoras que permiten prevenir las recaídas a largo plazo., Actualmente, los pacientes con NMODS tienen a disposición Ultomiris®, medicamento de AstraZeneca cuyo principio activo es Ravulizumab y pertenece a una clase de medicamentos llamados anticuerpos monoclonales que se unen a una proteína específica del cuerpo.
En este contexto, el estudio CHAMPION-NMOSD (NCT04201262), encontró que Ravulizumab reduce el riesgo de recaídas en un 98.6% en comparación con el placebo, manteniendo un perfil de seguridad similar al de otras terapias existentes. La utilización de esta innovadora terapia ha permitido que todos los pacientes tratados se mantengan libres de recaídas durante un promedio de 73,5 semanas, ofreciendo así no solo eficacia, sino también una administración conveniente, con dosis de mantenimiento una vez cada ocho semanas.
“AstraZeneca sigue comprometida con la investigación innovadora y el desarrollo de terapias que mejoren la calidad de vida de los pacientes con enfermedades autoinmunes. Los pacientes con NMOSD ahora tienen la oportunidad de aspirar a cero recaídas, reduciendo el riesgo de complicaciones severas asociadas con la enfermedad”, añadió el Dr. Rojas.
Estar informados, reconocer los síntomas y acudir al especialista ante cualquier señal de alerta es clave para iniciar un tratamiento adecuado y evitar complicaciones. Se hace un llamado a la población a no ignorar las señales de su cuerpo, pues un diagnóstico oportuno puede cambiar el futuro de los pacientes.
Síntomas 37-39
- Ojos: Pérdida de visión, pérdida de visión de colores y / o dolor con el movimiento ocular.
- Cerebro: Hipo, náuseas, vómitos, mareos insuficiencia respiratoria.
- Médula espinal: Dolor, debilidad de las extremidades, trastornos sensitivos, adormecimiento, sensación de ardor o pinchazos en las manos, brazos, piernas o pies, contracciones musculares involuntarias o espasmos, pérdida del control de la vejiga y el intestino, incapacidad para moverse.
Tratamientos 30-36
- Corticosteroide intravenosos (IV): se administra por inyección en una vena, generalmente una vez al día durante 3 a 5 días.
- Intercambio plasmático: este se utiliza cuando el corticosteroide IV no presenta mejoras en el paciente. Se extrae sangre, obteniendo plasma, que luego se devuelve al paciente, a través del otro brazo.
- Inmunoadsorción: si los anteriores no visibilizan una mejoría en el paciente, implementan este tratamiento. Es similar al proceso plasmático, con la diferencia que se tiene un mayor control de qué componentes y proteínas se eliminan de la sangre.
- Inmunoglobulinas IV: estas son un conjunto de anticuerpos, recolectados de donantes sanos. Y puede usarse ocasionalmente ante los ataques agudos de la enfermedad.