
Más del 68% de la población adulta presenta sobrepeso u obesidad, generando costos que equivalen al 5,7% del PIB.
Costa Rica enfrenta una de las crisis sanitarias más complejas y silenciosas de las últimas décadas: la obesidad. Así lo evidenció la Asociación Lucha Contra la Obesidad (ALCO) durante el evento Oportunidades y desafíos en el manejo integral de la obesidad, que reunió por primera vez a representantes del gobierno, instituciones académicas, sector privado, colegios profesionales y organizaciones de la sociedad civil. El encuentro marca un hito tras la reciente publicación del Decreto Ejecutivo Nº 44780-S, que declara oficialmente la obesidad como una enfermedad crónica de interés en salud pública.
Durante la actividad se presentaron los resultados de un estudio inédito desarrollado por CEVAXIN, el Centro de Investigación Médica, Epidemiológica, Clínica y de Salud Pública para países de Centroamérica, que expone con contundencia la magnitud del problema: el 68,5% de la población adulta costarricense vive con sobrepeso u obesidad, con una prevalencia del 74% en mujeres y 63% en hombres. El grupo etario más afectado corresponde a personas entre 50 y 69 años, donde el 45% vive con obesidad.
El estudio también reveló el enorme impacto económico y social que esta enfermedad tiene para el país. Solo en 2023, los costos médicos directos asociados a la obesidad superaron los $4.644 millones de dólares, principalmente por patologías como la diabetes tipo 2, la enfermedad renal crónica, la cirrosis hepática no alcohólica y las cardiopatías isquémicas, una de las principales causas de muerte vinculadas a esta condición.
A esto se suman los costos indirectos por pérdida de productividad y ausentismo laboral, estimados en más de $290 millones de dólares, así como una pérdida de 80.399 años de vida saludable, medidos en AVAD (Años de Vida Ajustados por Discapacidad), que representan los años perdidos por muerte prematura o vividos con discapacidad a causa de enfermedades asociadas.
“La evidencia es contundente. No estamos hablando solo de peso, estamos hablando de años de vida perdidos, de una carga económica insostenible y de un impacto social que no se puede seguir ignorando”, afirmó la Dra. María Lucila Carrasco, representante de CEVAXIN. “De mantenerse esta tendencia, para 2050 Costa Rica será uno de los países con mayor prevalencia de obesidad en el mundo, y los costos podrían superar los $7 billones de dólares”, agregó.
Única en Centroamérica con presencia sostenida en medios de comunicación a través de un programa especializado en obesidad, ALCO reafirma su compromiso de impulsar cambios reales en la atención de esta enfermedad. Durante la actividad, hizo un llamado urgente a todos los sectores a trabajar de manera articulada para garantizar la implementación efectiva de la Norma Nacional para la Atención Integral del Sobrepeso y la Obesidad, de cumplimiento obligatorio en todos los servicios de salud públicos y privados.
“Reconocer la obesidad como enfermedad fue un paso histórico. Pero si no actuamos ahora, con medidas concretas y prevención real, estaremos hipotecando el futuro sanitario y económico del país”, advirtió José Arturo Vega Boza, director ejecutivo de ALCO.
La organización enfatizó que el abordaje de esta enfermedad debe ser integral, libre de estigmas y centrado en el respeto. Esto incluye entornos de atención dignos y multidisciplinarios, donde las personas reciban diagnóstico oportuno, tratamiento, seguimiento, acompañamiento emocional, orientación alimentaria y atención médica especializada.
La declaratoria coloca a Costa Rica en una posición única en América Latina. ALCO instó a convertir esta oportunidad en un modelo de referencia para la región, recordando que detrás de cada estadística hay una historia, una persona, una vida.