
Más de 2,9 millones de personas mueren cada año en el mundo por accidentes o enfermedades relacionadas con el trabajo.
En Costa Rica, más de 138 mil personas sufrieron un accidente o enfermedad laboral durante 2024, lo que equivale a un caso cada tres minutos, según datos del Instituto Nacional de Seguros (INS). Esta cifra pone en evidencia la urgencia de seguir fortaleciendo la prevención, especialmente en sectores de alto riesgo como la industria, la construcción o el transporte.
En este contexto, el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, que se conmemora cada 28 de abril, invita a reflexionar sobre cómo se están transformando las estrategias de prevención y protección en entornos industriales. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), más de 2,9 millones de personas mueren cada año en el mundo por accidentes o enfermedades relacionadas con el trabajo, una cifra alarmante que refuerza la importancia de actuar de manera decidida.
Este año, la OIT enfoca su llamado global en el papel de la inteligencia artificial y la digitalización, herramientas que están abriendo nuevas posibilidades para anticiparse a los riesgos, monitorear condiciones en tiempo real y capacitar de manera más efectiva al personal.
Sensores inteligentes, simuladores de realidad virtual, dashcams con IA y plataformas de reporte en línea son algunas de las soluciones ya en uso en diferentes sectores e industrias. Pero tan importante como la tecnología es el cambio cultural que muchas organizaciones están impulsando: una visión en la que la seguridad no se limita al cumplimiento normativo, sino que forma parte de la identidad operativa.
“La prevención de accidentes no puede verse como una tarea aislada o delegada en un área específica. Es una responsabilidad compartida, que necesita del liderazgo visible, el involucramiento directo en sitio y la participación activa de todos los colaboradores”, afirma Silena Oviedo, Gerente de Salud y Seguridad de Holcim Costa Rica.
Uno de los principales desafíos para las organizaciones sigue siendo alinear los objetivos de seguridad con la productividad. En sectores exigentes y competitivos, aún persiste la percepción de que priorizar la seguridad puede implicar retrasos o sobrecostos. Sin embargo, la experiencia demuestra lo contrario: una operación segura es también más estable, con menos interrupciones, menor rotación de personal y un mejor clima organizacional.
En este sentido, muchas compañías del sector industrial están adoptando el principio de “seguridad por diseño”, incorporando los estándares desde la fase de planificación de sus procesos, en lugar de añadirlos una vez que la operación ya está en marcha. A esto se suma una apuesta cada vez más fuerte por la capacitación continua, los mecanismos de retroalimentación abiertos y la gestión sistemática de los controles críticos en los puntos más vulnerables de la operación.
En Costa Rica, empresas como Holcim han comenzado a integrar estas tendencias a través de soluciones como Boots on the Ground, una aplicación móvil que permite a líderes operativos reportar riesgos y oportunidades de mejora en tiempo real desde los sitios de trabajo, fortaleciendo la toma de decisiones basada en datos. También han desarrollado programas de monitoreo especializado en seguridad vial utilizando cámaras con IA que permiten la gestión de fatiga y otros comportamientos claves en la prevención de accidentes en carretera, además de capacitación certificada en conducción defensiva.
“Apostamos por una estrategia integral, que combina herramientas digitales con una cultura organizacional sólida. Es ese equilibrio el que nos ha permitido alcanzar varios años sin accidentes incapacitantes en nuestra planta de cemento”, explica Oviedo.
Además de los avances tecnológicos, otras prácticas están ganando relevancia en los programas de salud y seguridad: desde la creación de comités internos de seguridad, hasta el reconocimiento de conductas seguras mediante incentivos y campañas específicas. Iniciativas como Mujeres al Volante, que fomenta la inclusión de mujeres en roles operativos como la conducción de camiones pesados, también se presentan como estrategias que fortalecen el compromiso colectivo.
La seguridad laboral ya no puede entenderse como un costo adicional ni como una obligación formal. Hoy, más que nunca, es un indicador de madurez organizacional y una condición clave para la sostenibilidad de cualquier empresa.
“El reto hacia adelante es consolidar una cultura de cero daño, donde cada decisión operativa se tome pensando en la vida de las personas. Esa debe ser siempre la prioridad”, concluye Oviedo.
Conmemorar el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo es, en última instancia, una invitación a renovar el compromiso de proteger el recurso más valioso de cualquier industria y empresa: su gente.
Como parte de su compromiso con la innovación y la prevención, Holcim participó hoy en la Semana de Salud Ocupacional 2025, organizada por el Consejo de Salud Ocupacional del Ministerio de Trabajo. El evento se celebrará del 28 de abril al 3 de mayo y tendrá como eje central “Los impactos de la digitalización y la inteligencia artificial en la seguridad y salud de las personas trabajadoras”. En esta edición, Holcim presentará la ponencia "IA para la Seguridad Vial y Salud Ocupacional", un caso de éxito sobre el uso de inteligencia artificial para prevenir accidentes por fatiga y somnolencia en carretera.