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Cada 21 de abril se celebra el Día Internacional de la Creatividad y la Innovación, una fecha que invita a reflexionar sobre la capacidad humana de generar soluciones en un entorno en constante evolución.

En un contexto donde la tecnología avanza a gran velocidad y las necesidades del mercado laboral cambian de forma acelerada, la educación debe transformarse para formar profesionales capaces de liderar estos procesos.

Según un informe de Dell Technologies, el 85% de los empleos que existirán en 2030 aún no han sido creados. Esto plantea un gran desafío: ¿cómo preparar a los profesionales del futuro para enfrentar retos aún desconocidos? La clave está en la innovación educativa, que va más allá de la enseñanza tradicional y prioriza el desarrollo de habilidades estratégicas como la creatividad, la adaptabilidad y el pensamiento crítico.

Más allá del aula: el aprendizaje como experiencia

El modelo educativo basado en la memorización ha dado paso a metodologías activas que promueven la aplicación práctica del conocimiento. Diego Solís, experto en formación, transformación y estrategia empresarial, destaca que enfoques como el aprendizaje basado en proyectos y la gamificación han demostrado ser altamente efectivos para desarrollar competencias clave.

El aprendizaje no puede seguir siendo un proceso pasivo. Los profesionales de hoy deben enfrentarse a retos en entornos seguros, donde puedan equivocarse, aprender y volver a intentarlo. La educación del futuro debe centrarse en la experimentación y la resolución de problemas como ejes del proceso formativo”, afirma Solís.

Diego Solís.

Innovación educativa: una apuesta por la empleabilidad

Las empresas han transformado la forma en que evalúan a los profesionales, dando mayor peso a la experiencia práctica y a la capacidad de resolver problemas en tiempo real. En este contexto, el aprendizaje experiencial se ha convertido en un elemento esencial para el desarrollo de habilidades laborales.

Las instituciones educativas deben funcionar como "laboratorios de vida", espacios donde los estudiantes enfrenten situaciones reales sin temor al juicio o al fracaso definitivo. Este modelo ha sido adoptado por centros como el Instituto Robert Owen, que implementa metodologías orientadas al desarrollo de competencias alineadas a las demandas del mercado, permitiendo a los estudiantes aplicar lo aprendido desde el primer día.

El mundo laboral exige agilidad. No se trata solo de obtener un diploma, sino de adquirir habilidades que generen un impacto inmediato. La educación debe estar alineada con las necesidades del mercado, promoviendo la capacidad de adaptación y la resolución creativa de problemas”, enfatiza Solís.

La creatividad como motor del liderazgo

El liderazgo en entornos cambiantes requiere una mentalidad innovadora y la capacidad de transitar el ciclo del trabajo en equipo: formación, superación de conflictos, establecimiento de normas, alto desempeño y cierre para asumir nuevos desafíos. La creatividad, lejos de ser únicamente una habilidad artística, se convierte en una herramienta estratégica que permite a los profesionales diferenciarse en un mercado cada vez más competitivo.

En este sentido, las instituciones educativas tienen la responsabilidad de fomentar una cultura de aprendizaje continuo, donde la innovación no sea un lujo, sino una necesidad. 

La educación debe ser un proceso dinámico que prepare a las personas no solo para el presente, sino para un futuro aún incierto”, concluye Solís.

El reto es claro: si queremos formar líderes capaces de enfrentar la incertidumbre, la educación debe transformarse. Apostar por modelos innovadores no es una opción, sino una responsabilidad, para garantizar que el talento del futuro esté preparado para crear el mañana.


Sobre Diego Solís
Con más de dos décadas de trayectoria en compañías nacionales y multinacionales, Diego Solís se ha consolidado como una figura clave en procesos de transformación organizacional, liderazgo y desarrollo estratégico del talento en la región. Su enfoque integral y su pasión por acompañar tanto a organizaciones como a individuos en la era de la cuarta revolución industrial lo distinguen en el ámbito empresarial.
Ha liderado iniciativas de cambio y desarrollo en empresas de alto perfil como Bayer, Pfizer, Coca-Cola, Banco Nacional de Costa Rica y BCR, entre otros. Asimismo, ha ocupado puestos de alta dirección en organizaciones como DHL, LHH, el Instituto Robert Owen y Grupo Élite. Actualmente, es fundador y CEO de Juntos Consultores, donde impulsa proyectos de innovación, estrategia empresarial, inteligencia comercial y gestión de la transformación.

Acerca del Instituto Robert Owen
El Instituto Robert Owen es una institución líder en formación empresarial que combina innovación educativa con excelencia académica. Con más de 15 años de experiencia, el Instituto se dedica a formar líderes empresariales a través de programas transformacionales que integran tecnología de vanguardia con metodologías probadas, contribuyendo al desarrollo sostenible de nuestra sociedad.